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“Guerra civil” al interior del PS por el caso de la ex esposa de Andrade Imperan la desconfianza y acusaciones cruzadas de operaciones desde el seno del partido

“Guerra civil” al interior del PS por el caso de la ex esposa de Andrade

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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Desde el entorno de Andrade han hecho hincapié en que, usando el mismo criterio que aplicó la mesa directiva y los senadores sobre el daño a la imagen pública de la colectividad para llevar el caso de Olate al TS, el consejo de mañana es una oportunidad idónea para discutir asimismo pasar a dicha instancia disciplinaria otras situaciones tanto o más delicadas que han ocurrido en la colectividad, como lo de los falsos exonerados políticos que golpea a la senadora Allende, la situación de Rossi por haber pedido dineros a SQM o el error de la mesa directiva de abandonar la querella por la muerte de Carlos Lorca, figura emblemática de los socialistas.


Va a arder Troya mañana sábado en el consejo que tiene convocado el PS en el edificio del sindicato de Banco Estado desde las 9:00 horas. Lo que se pensó como una tranquila reunión partidaria para resolver temas electorales, se convertirá en el epicentro de una batalla campal en la que se enfrentarán las distintas tendencias del socialismo. Los detonantes de esta suerte de ‘guerra civil’, fueron las sospechas de una operación interna para rayar la pintura al presidente de la Cámara de Diputados, Osvaldo Andrade, golpeado por la ‘filtración’ de la pensión de 5 millones 200 mil pesos que recibe su ex esposa, tras 21 años de carrera funcionaria en Gendarmería.

Esta ha sido una de las peores semanas para Andrade.

Eso ha sido notorio y evidente, se le ha visto enojado, descolocado, preocupado, incluso poco asertivo y, por lo mismo, le ha costado salir del ojo del huracán, a pesar de ser conocido por su habitual buen manejo con los medios de comunicación.

Es que la situación de su ex esposa, Myriam Olate, lo puso en el meollo de los cuestionamientos éticos, por lo abultada de la pensión que recibe la periodista socialista, debido a que era funcionaria de planta bajo el régimen de beneficios de Dipreca. Una cifra que contrasta brutalmente con la realidad de las exiguas jubilaciones que el grueso de la población recibe por el criticado sistema de AFP.

Es un tema sensible y en el socialismo reconocen que, a diferencia de Penta o SQM, cuyo desarrollo lo entienden e impacta en la elite más informada, las jubilaciones son algo totalmente distinto, es transversal, cotidiano, en la mayoría de las familias hay un caso de bajas pensiones que no cubren las necesidades básicas.

Así, el principal problema para Andrade –explicaron en el propio PS– no es que él haya hecho algo impropio, ilegal o falto de probidad, que no es el caso, sino que esta situación apunta directamente a “su ética”, esa sobre la que ha construido su liderazgo político: el ser un hombre de esfuerzo, de pueblo, uno más como todos los militantes socialistas, que nunca abusó de privilegios.

“Esto lo daña internamente en el partido, afecta su liderazgo e, incluso, puede complicar su reelección como diputado”, sentenció un socialista histórico.

El caso ha impactado a todo nivel en el PS. Durante la semana los “chats socialistas” han ardido con el debate interno de esta situación, se cruzan opiniones, críticas y defensas entre autoridades, dirigentes, diputados, senadores y asesores de Gobierno.

Desde el entorno del diputado por Puente Alto consideran “injusto” lo que está sucediendo, una y otra vez han dicho que cuando Olate se jubiló ya no eran matrimonio, estaban separados hace rato; que la periodista hizo carrera al interior de Gendarmería; que contaba con las competencias para los cargos que ha tenido; que la autorización de su pensión tiene la firma del ex Contralor General, Ramiro Mendoza; que no hay nada ilegal, que el monto responde al sueldo que recibía y es acorde a la legislación vigente para el sistema de retiro que rige a Dipreca y que no es la única ex funcionaria que recibe una jubilación que excede el techo de las 60 UF fijado por la Contraloría. De hecho, entre el 2014 y el 2016 solo veinte casos cumplieron con la normativa y 187 han obtenido pagos que superan ese límite.

Ninguna de esas explicaciones contuvo la ola que cayó encima de Andrade. Sectores de la derecha –liderados por la triada de diputados Gustavo Hasbún (UDI), José Manuel Edwards (RN) y Gonzalo Fuenzalida (RN)– salieron todos los días a fustigar la excesiva pensión, a poner en tela de juicio la probidad de Andrade, si usó sus influencias para privilegiar a su cónyuge y terminaron exigiendo que renuncie a la presidencia de la Cámara Baja.

Hasta ese momento en sectores del PS, particularmente cercanos a Andrade, pensaron que había una operación menor de la oposición, para tratar de sacar provecho de lo sucedido.

[cita tipo= «destaque»]En el PS aseguran que “se desató una suerte de caza de brujas al interior del partido” y que “aquí se ha pegado un golpe a la línea de flotación de la lealtad socialista y eso es lo más grave”.[/cita]

Pero luego la mesa directiva del PS, liderada por la senadora Isabel Allende, sacó una declaración pública –el miércoles 6 de julio– en la que informó que el Tribunal Supremo (TS) del partido revisará la situación de Olate, acorde con lo establecido en el 30° Congreso Nacional del socialismo, que obliga a los militantes a ceñirse estrictamente al código de ética interno de la tienda.

En paralelo, los senadores del PS –todos, menos Alfonso de Urresti– firmaron una declaración pública en la que apoyaron la decisión de pasar a Olate al TS y lamentaron que “la situación de una militante, que ha cumplido una función pública, comprometa al partido, generando una crítica injusta sobre el conjunto de la militancia, y en una profundización de la desconfianza de la ciudadanía en la política y en los partidos».

Ahí se prendieron las alarmas en el entorno de Andrade, en sectores de la Nueva Izquierda –su lote político de toda la vida– y entre varios diputados de la bancada.

“Aquí hay una operación interna, todos le están pasando facturas internas”, sentenciaron ayer, sin dudar un momento, distintos asesores y militantes de larga trayectoria, tanto dentro como fuera del Gobierno. No por nada el jueves salió la bancada de diputados públicamente a respaldar a Andrade, generando un quiebre abierto con la posición fijada por los senadores del partido.

La operación

En el PS dicen que nadie sabe a ciencia cierta cómo se filtraron los documentos sobre la pensión de Olate, pero aseguran que, una vez ya publicada, tanto desde la corriente del tercerismo como del actual vicepresidente del partido, Camilo Escalona, “olieron” la oportunidad de asestar un golpe a Andrade, para neutralizar su chance de llegar nuevamente a la presidencia del PS cuando Allende deje su mandato. Este –dicen– sería un intento de bloquear sus opciones de instalarse a mediano plazo como el líder natural de la Nueva Izquierda y abortar también la posibilidad de que obtenga alguno de los escasos cupos para candidaturas senatoriales el 2017, para los que hay más interesados que vacantes.

Comentan en la interna socialista que los terceristas vieron la chance de perjudicar a Andrade en su intento por volver a dirigir el PS y, con eso, ayudar a su propia carta para las próximas internas: el ex ministro de la Segegob, Álvaro Elizalde. Dicho sector –recordaron ayer en el partido– “se la tiene prometida” al diputado, porque consideran que no apoyó al ex secretario de Estado en su paso por La Moneda cuando se criticaba su gestión.

También se dijo que los senadores Carlos Montes y Fulvio Rossi “influenciaron” a Allende para que el tema de Olate pasara al TS, pues tienen una reconocida distancia con Andrade.

No hay que olvidar que Rossi renunció a la secretaría general del partido el 2012 cuando Andrade era timonel, acusándolo entonces de tener un “estilo déspota y autoritario de conducción”.

Tema aparte es lo de Escalona, y en el PS ayer casi todos hablaban de la “venganza” del ex timonel contra su otrora brazo derecho, que le habría pasado la cuenta por lo sucedido el año 2013, cuando no lo apoyó para retener su cupo senatorial por Puerto Montt y se le ordenó someterse a primarias con Rabindranath Quinteros, lo que fue el puntapié inicial de su salida del Congreso y provocó un público quiebre político y personal entre ambos.

Tiempo después trataron de recomponer el primer lazo, al punto que Andrade apoyó y votó el 2015 por Escalona en las últimas internas en las que se enfrentó a Allende. Pero el gesto no habría sido suficiente, ya que en el círculo más íntimo del ex senador lo acusan de no haber trabajado lo suficiente para impedir la derrota, que su respaldo fue tardío, que no alineó a los suyos, porque sus propios colaboradores apoyaron a la actual timonel.

Escalona salió temprano el jueves en la mañana en una entrevista en directo en CNN, donde dijo que el TS es la instancia idónea para «poder estudiar la situación y establecer si existe irregularidad o no y, por lo tanto, poder definir si hay una falta a la ética en el procedimiento». Y, asimismo, emplazó a Olate a recurrir a Dipreca y a la Contraloría General de la República «para revertir la situación”. Escalona remarcó que «hay una sensación en la sociedad de que hay personas que puedan tener privilegios que la enorme mayoría no tiene”.

Esas palabras fueron entendidas como la prueba fehaciente de la operación interna y, en sectores de la Nueva Izquierda, fueron vistas como un error de Escalona, que desperdició la oportunidad de recuperar su sitial de líder de dicho lote.

Con este clima interno, desde el entorno de Andrade han hecho hincapié, durante las últimas 24 horas, en que usando el mismo criterio que aplicó la mesa directiva y los senadores del partido sobre el daño a la imagen pública de la colectividad para llevar el caso de Olate al TS, el consejo de mañana es una oportunidad idónea para discutir asimismo pasar a dicha instancia disciplinaria otras situaciones tanto o más delicadas que han ocurrido en la colectividad, como lo de los falsos exonerados políticos que golpea a la senadora Allende, la situación de Rossi por haber pedido dineros a SQM o el error de la mesa directiva de abandonar la querella del partido por la muerte de Carlos Lorca, figura emblemática de los socialistas.

En el PS aseguran que “se desató una suerte de caza de brujas al interior del partido” y que “aquí se ha pegado un golpe a la línea de flotación de la lealtad socialista y eso es lo más grave”.

La guerra de declaraciones cruzadas lo demuestra.

El diputado PS, Fidel Espinoza, desde el Congreso, dijo ayer que “aquí ha habido un abuso respecto de esta situación, de manera injusta con una persona proba como es Osvaldo (Andrade), se le quiere vincular el ejercicio de su cargo con un ilícito que no es (…) lo de los señores senadores socialistas me parece una inconsistencia lamentable, no he escuchado a los senadores PS hacer una declaración por el hecho de que tienen a su colega Orpis preso, no han sacado una sola declaración criticando las actuaciones fraudulentas. ¿Qué dijeron los senadores socialistas cuando Fulvio Rossi le mandaba a pedir millonarios recursos a SQM, al yerno de Pinochet? No dijeron nada. Entonces, que hoy critiquen a Osvaldo, me parece una incongruencia tremenda”, afirmó.

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