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Carlos Ruiz impugna el libro de Brunner: «La misma agudeza con la que  escruta al Gobierno  no le alcanza para analizar la magnitud de las restricciones que la transición ha impuesto por más de dos décadas» «La Ilusión de la Nueva Mayoría», publicado por el ex ministro

Carlos Ruiz impugna el libro de Brunner: «La misma agudeza con la que escruta al Gobierno no le alcanza para analizar la magnitud de las restricciones que la transición ha impuesto por más de dos décadas»

«De ahí que el libro evite, por ejemplo en el caso educacional, referir la historia del Crédito con Aval del Estado, y cómo tal política estatal abocada a ahorrar recursos públicos termina en una hemorragia fiscal con destino en la banca privada», dice el sociólogo vinculado a la Izquierda Autónoma.


Uno de los libros más comentados de los últimos meses, en que se han multiplicado los análisis para explicar la crisis política y de confianza en las instituciones –que por cierto ha tocado fuerte al actual Gobierno, a la par de una dudosa ejecución de las reformas que prometió para llegar al poder–, es el que publicó hace muy poco el ex ministro Jose Joaquín Brunner: La Ilusión de la Nueva Mayoría.

Pero el sociólogo Carlos Ruiz Encina se encargó de contrarrestar los argumentos de Brunner en una columna publicada en la revista Santiago de la UDP.

«La misma agudeza con la que el autor escruta al Gobierno actual no le alcanza para analizar la magnitud de las restricciones que la transición a la democracia ha impuesto, por más de dos décadas y media, sobre el desempeño de la política y la administración estatal», critica Ruiz.

«Resulta muy difícil creer que la incapacidad gubernamental actual sea responsable de todo el descrédito de la política y su marcado desajuste con una sociedad transformada. Esta es una desidentificación con la política que ningún demócrata genuino puede intentar simplificar, para sacar ventajas menores», afirma.

El académico, ligado a la Fundación Nodo XXI del movimiento Izquierda Autónoma, sostiene que «lo que se echa de menos en los planteamientos de Brunner es la responsabilidad democrática. Su metáfora de la ‘ilusión’ debería alcanzar para explorar el propio carácter socialdemócrata del proceso político previo», analiza.

Y cita un ejemplo: «De ahí que el libro evite, por ejemplo en el caso educacional, referir la historia del Crédito con Aval del Estado, y cómo tal política estatal abocada a ahorrar recursos públicos termina en una hemorragia fiscal con destino en la banca privada. Aquella situación y sus malestares –y tantos otros–, incluyendo aquellas en las que el mismo autor fue protagonista, no caben como arquetipos de la modernidad. Acaso sea exactamente lo contrario», afirma.

Ruiz fustiga la argumentación de Brunner  sobre lo que entiende por política: «Lo mismo ocurre con su reflexión sobre la política, reducida al control y la ‘gobernanza’: toda acción política, afirma Brunner, está orientada a reproducir el control y la buena política es la que lo hace más eficaz. Pero esta no es una reflexión sobre un país abstracto, de manera que lo que asoma en estas palabras es una concepción de la política que se limita a la reproducción de los cerrojos de la transición y a esa gobernanza histórica. Quizá es por eso que cuando se habla de élite no se señalan grupos ni sectores sociales a los que tal élite representa, de modo que estas élites naturales y modernas parecen no tener anclaje en tal o cual parte de la sociedad», concluye 

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