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Los testimonios del círculo de hierro de Peñailillo que apuntan al funcionamiento de papel de sociedad de Martelli Cercanos al ex titular de Interior dieron cuenta del particular funcionamiento de AyN

Los testimonios del círculo de hierro de Peñailillo que apuntan al funcionamiento de papel de sociedad de Martelli

El ex jefe de asesores de Rodrigo Peñailillo, Robinson Pérez, declaró ante la Fiscalía que el ex ministro lo contactó con el operador ligado al PPD y que las asesorías que prestó a la sociedad, eran de “cualquier cosa”. Sin oficina, sin lineamientos de temas de informes, sin evaluación y sin saber para qué. Así operaba Asesorías y Negocios SPA, que puso por primera vez en la primera línea de las sospechas la campaña de Bachelet con el financiamiento irregular de la política. Esta versión echa por tierra los dichos del ex hombre de confianza de Bachelet ,quien sostuvo que los insumos producidos en la sociedad eran “reales”.


Tras la audiencia de formalización contra MEO por el caso SQM el pasado miércoles, el fiscal a cargo de la mediática causa, Pablo Gómez, confirmó que el ex ministro del Interior de Michelle Bachelet, Rodrigo Peñailillo, fue citado a declarar por segunda vez como imputado por la línea investigativa ligada a la empresa Asesorías y Negocios (AyN), del operador político Giorgio Martelli.

La razón del anuncio fue, en parte, por las diligencias que concretó el Ministerio Público en septiembre, con personas cercanas al ex secretario de Estado, quien tuvo que dejar el cargo por sus vínculos con la investigación por financiamiento irregular de la política. Una de ellas, Robinson Erbert Pérez Vera, que fue de los más influyentes asesores políticos de Peñailillo, cuando aterrizó como jefe de asesores de Interior en marzo de 2014, fichado por el ingeniero comercial. Cargo que dejó el mismo mes que Rodrigo Peñailillo, en mayo de 2015.

 La irrupción del geógrafo Giorgio Martelli en el escándalo de las platas políticas en el caso SQM a través de su empresa AyN , develada por este medio, puso por primera vez en la primera línea de las sospechas, directamente a la campaña de Bachelet, dejando en el tapete la existencia de una maquinaria armada a través de la sociedad especialmente para financiar actividades –como el viaje a Nueva York de Peñailillo mientras la hoy Mandataria lideraba ONU Mujeres–, así como a los más estrechos colaboradores de lo que más tarde se convertiría en el comando de la Presidenta.

Muchos de ellos terminaron ocupando altos cargos en el actual Gobierno.

Entre ellos Robinson Pérez, que pese a ser el más alejado generacionalmente del perfil de la G-90 –como se conocía a la generación de recambio del PPD liderada por Peñailillo– fue clave como consejero del ministro. Socialista y cientista político, conoció a Bachelet mientras ambos estaban en el exilio en la ex República Democrática Alemana (RDA), a quien asesoró cuando fue ministra de Salud. Trabajó en la Secretaría General de Gobierno, estuvo en la Fundación Dialoga y durante la segunda campaña de la actual Mandataria reemplazó en el diseño político comunicacional al poderoso Juan Carvajal.

Luego de colaborar en la campaña, Pérez, cumplió funciones en el Gobierno como jefe de asesores de Peñailillo. Un cargo importante, de confianza, donde ganaba una renta líquida de $5.500.000 y en el que fue propuesto por el propio ex ministro, según declaró Pérez el pasado 6 de septiembre, ante las fiscales Carmen Gloria Segura y Paola Castiglione.

Según su testimonio, al que tuvo acceso El Mostrador, fue Rodrigo Peñailillo – una de las 26 personas que recibieron pagos por cerca de 330 millones de pesos entre 2012 y 2013 de parte de la empresa del recaudador de campaña de Michelle Bachelet– quien lo contactó para trabajar en AyN, tras quedar sin trabajo con la llegada de Sebastián Piñera en 2010 al Gobierno.

“Sabía que yo estaba buscando trabajo y él me recomendó con Giorgio Martelli, a quien no lo conocía desde antes. Rodrigo Peñailillo me ayudó a encontrar trabajo para poder seguir prestando servicios”, afirmó ante las persecutoras.

Esta versión coincide con la entregada por Martelli, ex administrador financiero de la primera campaña de Bachelet, que dijo a los fiscales que era el ex ministro quien le instruía a qué profesionales contratar en AyN y que él se remitía a firmar los contratos. Al respecto, Peñailillo admitió haber “sugerido” algunos nombres y montos, “pero la decisión final era de él y él consideró los nombres y los contrató porque estuvo de acuerdo en mi sugerencia. Yo no intervine en la gestión de la empresa, lo que hice fue buscar profesionales capaces de producir productos que eran reales”.

Robinson Pérez aseguró que no consultó a Peñailillo sobre el giro de AyN ni los contenidos de sus análisis políticos. Que los servicios los conversó con Martelli, con quien –según explicó– no tuvo mucho contacto: nunca se vieron en una oficina. “Él no tenía oficina. Nos juntamos, por lo general en un café, en Providencia, tengo la impresión que alguna vez nos reunimos en Manuel Montt. Eso no me llamó la atención porque las asesorías yo las prestaba habitualmente desde mi casa. Muchas de estas asesorías se prestan así. Tampoco le pregunté el giro a AyN”, aseguró.

Pérez, que cumplió un rol fundamental en materia comunicacional en la última campaña de Bachelet en 2013, coordinando las vocerías y trabajando directamente con el ex portavoz Álvaro Elizalde, reconoció que sus informes de coyuntura política nadie los supervisó y que asimismo nadie sugirió la temática de estos servicios pagados por la empresa de Giorgio Martelli. “Giorgio Martelli no me dio los temas o asuntos sobre los que debía hacer los informes. El acuerdo con él fue que hiciera un análisis político general para la empresa. Podía ser de cualquier cosa. Yo mismo definía la matriz de análisis sobre lo que tenía que informar”.

El profesional señaló no saber quién verificaba si se cumplían las expectativas de los servicios prestados.

Los servicios de Pérez consistieron en informes mensuales de una a tres páginas como máximo. Martelli “me dijo que podía pagarme $1.333.333 mensual. Yo no estaba en condiciones de negociar el precio, así que acepté lo que me pudiera ofrecer”, detalló el asesor. Además, precisó que celebró dos contratos de trabajo con AyN, uno de mayo de 2012 y otro de enero de 2013.

Con respecto al tiempo que dedicaba al trabajo, señaló que “yo tenía que hacer seguimiento de la agenda de gobierno, discursos de gobierno, actividades de la oposición (Concertación), análisis social de actores sociales (…). Estos análisis no se los rendía a Martelli sino que se los entregaba a Gabriel Sepúlveda. A veces también conversaba con Héctor Cucumides, que es un joven egresado de derecho”.

Tanto Sepúlveda como Cucumides son miembros del G90 y del círculo cercano a Peñailillo. El primero, fue jefe de gabinete del hasta esta semana ministro de Energía, Máximo Pacheco, mientras Cucumides fue parte del equipo de asesores de Interior.

Aunque Peñailillo lo contactó para trabajar en AyN y luego como jefe de sus asesores, Robinson Pérez le baja el perfil a su relación con el ex brazo derecho de Bachelet. “No teníamos mayor vinculación. Nos conocimos mientras yo trabajaba en SEGEGOB y él era asesor del gabinete de la Presidencia”.

Las fiscales le consultaron por una serie de personajes, entre los que reconoció haber tenido conversaciones en el contexto de las asesorías de AyN con la prima hermana de la Presidenta, Alicia Galdames Jeria, que en 2014 fue nombrada agregada de prensa en Perú, y que emitió boletas a la empresa de Martelli.

Robinson Pérez detalló que los aportes que ella entregó a su trabajo en la sociedad consistieron en “recortes de prensa, me entregaba algún insumo o material. Seguramente me los mandaba por correo. Me puedo haber reunido a conversar con ella. No recuerdo exactamente”.

No sé, no pregunté, no recuerdo

Un día antes que Robinson Pérez declarara ante la Fiscalía, Héctor Manuel Cucumides Calderón prestaba su testimonio. El administrador público y militante PPD conoce hace años a Giorgio Martelli y a Rodrigo Peñailillo, y fue parte del equipo de asesores que trabajó con el ex ministro de Bachelet en Interior. También emitió boletas para AyN entre 2012 y 2013.

A las 10 de la mañana del 5 de septiembre, la fiscal Paola Castiglione comenzó a tomarle declaración a Cucumides por los documentos tributarios que emitió a la firma del recaudador del oficialismo. Fueron cerca de 10 boletas por montos entre un millón y un millón y medio de pesos pagados por Asesorías y Negocios SPA. Según el ex asesor de Peñailillo, fue Martelli, quien lo contactó. “Me llamó Giorgio Martelli, me hizo una entrevista de trabajo, conversamos los términos de la prestación de servicios, me ofreció una cifra de honorarios y yo acepté. Él me mandó un contrato para que lo firmara. De hecho, después firmé un segundo con Asesorías y Negocios”.

[cita tipo=”destaque”]Pérez, que cumplió un rol fundamental en materia comunicacional en la última campaña de Bachelet en 2013, coordinando las vocerías y trabajando directamente con el ex portavoz Álvaro Elizalde, reconoció que sus informes de coyuntura política nadie los supervisó y que asimismo nadie sugirió la temática de estos servicios pagados por la empresa de Giorgio Martelli. “Giorgio Martelli no me dio los temas o asuntos sobre los que debía hacer los informes. El acuerdo con él fue que hiciera un análisis político general para la empresa. Podía ser de cualquier cosa. Yo mismo definía la matriz de análisis sobre lo que tenía que informar”.[/cita]

El ex asesor de Interior afirmó que la entrevista de trabajo fue en un café en Providencia. “Él me dijo que podíamos hacer informes de coyuntura, sobre estado de legislación nacional, se conversaron lineamientos. Trabajé un año, pero exactamente no me puedo acordar. Realicé informes jurídicos, contractuales, de distintas materias, además participé en talleres, conversatorios y charlas”.

La fiscal Castiglione le preguntó a Héctor Cucumides sobre su experiencia en “informes contractuales” y respondió que “había trabajado en la Universidad, había hecho trabajos free lance”, pero no recordó a quiénes. “Asesoramiento en compraventa”, detalló.

El ex funcionario estatal aseguró en su declaración –a la que tuvo acceso El Mostrador–, que no sabía que Peñailillo prestó servicios a AyN y que nunca preguntó para qué se estaban realizando estos informes.

Héctor Cucumides tampoco recuerda con exactitud cuántos informes entregó pero aseguró que dentro de las actividades de la empresa de Martelli había charlas. Servicios que para los querellantes del caso SQM son parte de una “empresa de papel” para reunir fondos de campañas.

Así lo plantea Mauricio Daza, que señaló a este medio que «resulta claro que los antecedentes de la investigación reunidos hasta la fecha, apuntan a que Asesorías y Negocios era una empresa de papel que servía para justificar y triangular dineros desde grupos empresariales, tales como Soquimich, a campañas políticas; para lo cual se emitían y pagaban boletas ideológicamente falsas por servicios que nunca se prestaron en la realidad.» Agregando que «el propio fiscal Pablo Gómez Niada, a cargo de la arista SQM, sostuvo hace algunas semanas, en una entrevista televisiva, que «sin ninguna duda» los dineros correspondientes al pago de boletas de Asesorías y Negocios habían terminado en la campaña de Michelle Bachelet.

Dentro del interrogatorio, la Fiscalía consulta sobre las charlas y la operatividad de estas, sobre las que Cucumides recordó que eran “sobre temas coyunturales. Por ejemplo, hacía una propuesta de una parte legislativa, jurídica, se la pasaba a otra persona, ella escribía hasta que salía un producto final”.

Con respecto a los lugares de reunión, explicó que era “en distintos lugares, en algunos cafés, en el Tavelli nos juntamos un par de veces, en Providencia, en alguna casa”.

-¿En casa de quién?

– No, no recuerdo.

-Usted señaló que Giorgio Martelli daba los lineamientos generales, a qué se refiere?

-Como le digo, lo que recuerdo, puede ser que él haya dado algún tema específico, pero no lo recuerdo en otro sentido”.

-¿Quién era su jefe?

-No, no tenía jefe, en realidad no había jefe. Era un equipo de profesionales que veían varios temas. Mi jefe era Giorgio Martelli, porque él me contrató y él me pagaba”.

-¿Dónde trabajaba Giorgio Martelli, tenía secretaria, empleados?

-No, no lo sé, no sé si tenía secretaria, nos juntábamos en distintos cafés, y hablábamos mucho por teléfono. No sé si trabajaba en alguna oficina.

-¿Para qué se estaban realizando estos informes?

-No sé, nunca se lo pregunté.

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