La Brigada Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado de la PDI de Chillán logró desbaratar una red que operaba así: importaba desde California, traía la droga a Santiago como encomienda, era llevada a Valparaíso para ser tratada y luego era distribuida a la región de Bío Bío, donde se consumía principalmente en fiestas electrónicas.
Como «histórico» han calificado las autoridades de la PDI la incautación de más de 38 mil dosis de una variación de LSD, ya que se encuentra en forma de cristales sólidos, inédita en Chile, cuyo valor alcanzaría los 600 millones de pesos.
La Policía de Investigaciones de Chillán comandó la llamada «Operación Anticristo». Durante seis meses se investigó a los involucrados, y finalmente se desbarató una banda que traía las drogas desde California, Estados Unidos, como encomienda. La droga era recibida por una mujer en el aeropuerto, luego era trasladada a Valparaíso, donde se transformaba la droga a su formato de estampillas y luego era distribuida en la región del Bío Bío principalmente en fiestas electrónicas. 1 gramo de este tipo de LSD puede transformarse en 38.000 dosis, ya que estas son hechas con 50 microgramos.
El Fiscal de Chillán, Pablo Fritz, destaca, más allá de la novedosa forma, la cantidad de droga que se puede obtener mediante estos cristales. Y, en entrevista con El Mostrador, desmenuza el impacto de este histórico decomiso. «Lo que está ocurriendo no solo a nivel país, sino a nivel internacional, es que se está proliferando la creación de drogas sintéticas con químicos contratadas por las bandas de narcotráfico, que no estén comprendidas en los tratados internacionales y de esa forma tienen impunidad y es más difícil detectar la droga», afirma. «Todos, tanto poder legislativo como autoridad sanitaria, que es la que determina las nuevas drogas, que incorpore la nueva droga a la Ley 20.000, para que nosotros podamos perseguirla. Esto permitirá que nuestros esfuerzos terminen en la detección de drogas», agregó.
«La preocupación que nos genera es que la juventud de hoy no tiene conciencia de qué drogas consume y de su peligrosidad. Por lo tanto, tiende a aumentar la demanda y se desentienden del riesgo que conlleva, que nosotros esperamos revertir», advirtió. «Si este tipo de drogas fue decomisada en Chillán, lo que consumen en Santiago debe ser peor», agregó.
El Gobierno de Chile, a través de su plan antidrogas, ha hecho esfuerzos para revertir la situación. Opinión que comparte el Fiscal Fritz: «Creo que ningún esfuerzo debe quedar fuera, ya sea políticas que tienen que ver con la prevención o con educar. Pero, si bien hay regiones, como la del Bío Bío en que se ha bajado levemente el consumo de droga, también se produce lo que llamamos «embriaguez de la droga», es decir cada vez tengo más jóvenes que están dispuestos a consumir nuevos tipos de droga y cada vez en mayor cantidad. Es por eso que el Estado debe tomar cartas sobre que los jóvenes tomen conciencia de que las nuevas drogas tienen toxicidades aún mayores que otras», puntualizó.
«El Estado debiera, en aras de la salud pública y sin prejuicios de su persecución, informarse de cuáles son las drogas que eventualmente ponen en riesgo la vida por su alta toxicidad. Nunca hay que descuidar los fenómenos nuevos que son muy dinámicos en materia de tráfico de drogas. He visto, a lo largo de mi carrera, fenómenos que eran muy lejanos y ahora los tenemos, como la droga sintética», sentenció.
