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Encuesta de Aprofa reveló que las personas entre los 20 y 29 años son quienes más se realizan el test. Sin embargo, fuera de ese tramo “la tasa de realización del examen baja considerablemente”, advierte la directora ejecutiva de la entidad, Débora Solís.
Si bien hay una preocupación cada vez más creciente entre los chilenos y chilenas por realizarse el test del VIH, los adultos sobre los 29 años siguen al debe en esta materia. Esta es una de las conclusiones de la encuesta “¿Hablemos de VIH?” realizada por la Asociación Chilena de Protección de la Familia (Aprofa).
El instrumento, que busca conocer las experiencias, hábitos y comportamientos con respecto al conocimiento, prevención y cuidados sobre el VIH, se aplicó en noviembre pasado y fue contestado por 679 personas de manera anónima y en línea.
De la totalidad de los encuestados, el 37,3 por ciento dijo que nunca se ha realizado algún examen de detección del VIH. Además, 23 personas indicaron estar viviendo con el VIH (3,4 por ciento), mientras que el 78,4 por ciento respondió ser seronegativo. Asimismo, un 18,2 por ciento, es decir, 123 personas, declara no saber.
Sin embargo, al leer estos resultados, la directora ejecutiva de Aprofa, Débora Solís, advierte que “hay que tener en consideración que son las personas entre 20 y 29 años quienes más se realizan el test, y el grupo representa el 65,1 por ciento de la muestra, por lo que si sacamos este tramo de edad, la tasa de realización del examen baja considerablemente”.
De hecho, la mayor parte de las personas que respondieron la encuesta tienen entre 20 y 29 años, con 442 participantes, equivalente al 65,1 por ciento de la muestra. En todo caso, que ese grupo etáreo sea el más numeroso es positivo, ya que según los últimos resultados es la población más proclive a adquirir VIH.
En este punto Solís advierte que, teniendo en cuenta las metas 90/90/90 de la ONU SIDA y la OMS, las cuales se proponen que para el 2020 el 90 por ciento de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico, queda un largo tramo por recorrer.
“Basándonos en el total de la muestra, sólo el 45,2 por ciento se ha realizado el test el último año, por lo que nos falta mucho por avanzar en educación sexual y prevención del virus”, indicó.
En este escenario, Solís señala que “se deben diseñar campañas comunicacionales que representen a todas las personas y no sólo a las mal llamadas de “riesgo”; que tengan un enfoque integral, de derechos y con perspectiva de género; y donde el foco esté puesto en la educación y no tanto en la toma de test, dado que el examen diagnostica, pero no previene”.
Asimismo, plantea que las recomendaciones son a “generar políticas públicas sobre educación sexual integral principalmente en los establecimientos educacionales basada en el género y los derechos humanos, integrando a toda la comunidad escolar en el proceso”.
