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Crédito: Agencia UNO
El empresario es acusado de exportar ilegalmente circonio desde Estados Unidos, material químico para fabricar explosivos que posteriormente eran vendidos a Irak en los ochenta. Por este motivo está en la mira de las autoridades norteamericanas y, desde el año 1993, la Interpol lo tiene en la lista de Alerta Roja, lo que le ha impedido viajar fuera del país porque eso significaría su arresto. Ahora, el Departamento de Justicia de estadounidense dio un paso más allá en su contra, pese a que Cardoen ha conseguido el reciente blindaje del Senado chileno, que se manifestó a su favor y lo considera un “destacado empresario que ha contribuido significativamente al desarrollo cultural y turístico de nuestro país”.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos despachó a Chile una solicitud de detención con fines de extradición en contra de Carlos Cardoen, el hoy empresario vitivinícola radicado en Santa Cruz (Región de O’Higgins) que alcanzó su fortuna vendiendo bombas de racimo en la época de los conflictos en Medio Oriente en los años ochenta.
Cardoen, ingeniero civil en minas de la Universidad de Chile y ex amigo personal del Presidente Sebastián Piñera, es acusado de exportar ilegalmente circonio desde EE.UU., material químico para fabricar explosivos que posteriormente eran vendidos a Irak.
Por este motivo está en la mira de las autoridades norteamericanas y, desde el año 1993, la Interpol lo tiene en la lista de Alerta Roja, lo que le ha impedido a viajar fuera del país porque eso significaría su arresto.
Según informó ‘Ahora Noticias’, la solicitud del Departamento de Justicia de Estados Unidos fue confirmada por el Ministerio de Relaciones Exteriores. El requerimiento ingresó el 21 de marzo al país y Cancillería la remitió a la Corte Suprema un día después.
Cardoen siempre ha negado las acusaciones y en enero pasado aseguró haber sido utilizado como «un chivo expiatorio» por EE.UU.
En esa entrevista con La Tercera, sostuvo que la venta de circonio «fue autorizada por el Gobierno chileno, y con la anuencia y apoyo del Gobierno norteamericano, porque en esa época Irak era aliado de Estados Unidos».
“Mi mayor pecado fue haber competido y haberles sacado la mugre a estos gringos cada vez que pude», dijo en otra entrevista, esta vez con El Mercurio.
El ex fabricante de armas ha movido sus hilos. “La persecución contra mí ha llegado a un nivel tal que estimo extremadamente importante algún tipo de acción por parte del Gobierno chileno”, señalaba, y en enero pasado consiguió que el Senado, por 26 votos a favor y 1 abstención, aprobara un proyecto de acuerdo en el que solicitan al Ejecutivo «realizar las gestiones políticas, diplomáticas y judiciales necesarias para darle auxilio”.
En la información publicada en su página web, la Cámara Alta califica a Cardoen como un “destacado empresario que ha contribuido significativamente al desarrollo cultural y turístico de nuestro país” y lo retratan como una víctima que es mantenida en la lista de Alerta Roja de la Interpol en forma “ilegal».
Asimismo, el Senado reclamó al Gobierno que debe “plantear su preocupación por la falta de adecuación de sus prácticas institucionales a los estándares internacionales de derechos humanos”, dado que se le está “impidiendo toda posible defensa ante un tribunal competente».
De todos modos, desde Santiago diferentes gobiernos han tratado de ir al rescate de Cardoen, sin éxito frente a sus pares estadounidenses. El mismo empresario se lo ha tomado con resignación, asumiendo que “Chile no tiene el peso específico para que siquiera le contesten las notas diplomáticas. Hay siete notas diplomáticas mandadas por el Gobierno de Chile a los distintos presidentes sobre mi caso y nunca han sido contestadas», señalaba el año pasado en una entrevista con El Mercurio.
