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El Fiscal Nacional buscó de este modo tomar las riendas en un tema que no solo tiene golpeada a la institución, sino que también ha puesto en tela de juicio su conducción por ser incapaz de controlar un conflicto regional, entre los fiscales Sergio Moya y Emiliano Arias, que hoy tiene al Ministerio Público en su peor momento. De todos modos, el titular de la Fiscalía Nacional apostó a que “éste es un tema que se va resolver y que está en los canales normales, legales, reglamentarios para hacerlo”. Durante su visita a Rancagua, ninguno de los protagonistas de la mediática disputa estaba presente en las oficinas de la Fiscalía regional.
Una visita sorpresa a dependencias de la Fiscalía de O’Higgins efectuó esta jornada el Fiscal Nacional Jorge Abbott. ¿Su objetivo?: «transmitir tranquilidad» a los funcionarios en medio de aguda crisis que atraviesa el Ministerio Público de la zona, tras la denuncia del fiscal Sergio Moya contra su superior jerárquico, Emiliano Arias.
El fiscal buscó de este modo marcar presencia en un tema que tiene golpeada a la institución y que también ha puesto en tela de juicio su conducción al ser incapaz de controlar el conflicto que ha escalado hasta poner al Ministerio Público en el peor momento de sus historia.
Según analistas, lo sucedido en Rancagua es una muestra más de la gestión errática del jefe del Ministerio Público y de su falta de liderazgo, manejo y tacto para dirigir la institución.
Pese al elevado tono de la controversia, el jefe de la golpeada institución intentó poner paños fríos señalando que “éste es un tema que se va resolver y que está en los canales normales, legales, reglamentarios para hacerlo”.
Su propósito -dijo el Fiscal Nacional- fue “venir a conversar con los funcionarios, los fiscales y funcionarias de la Fiscalía Regional y Local de O’Higgins fundamentalmente para hacerles presente la tranquilidad que tenemos que tener como institución y que este problema que se ha suscitado a raíz de la denuncia presentada por el fiscal Sergio Moya se está canalizando a través de los mecanismos de solución de conflictos».
Durante la visita de Abbott a Rancagua, ninguno de los protagonistas de la mediática disputa estaba presente en las oficinas de la Fiscalía regional.
Arias es apuntado por su acusador, Sergio Moya, por eventual tráfico de influencias u obstrucción a la investigación por las irregularidades financieras detectadas en el Teatro de Rancagua, que involucra al alcalde de Rancagua Eduardo Soto; el eventual tráfico de influencias en el caso Caval, buscando un procedimiento abreviado a favor del exsíndico Herman Chadwick.
También lo apunta por obstruir la investigación en el caso de los jueces de la Corte de Rancagua, previo a la solicitud de formalización del magistrado Emilio Elgueta; y la información y documentos que supuestamente Arias habría extraído desde la base de datos de la Fiscalía de O’Higgins.
La situación del fiscal Arias está siendo investigada en la arista administrativa por el fiscal regional de Antofagasta, Alberto Ayala, y en la parte penal por Eugenio Campos.
