El secretario general de la Conferencia Episcopal, Fernando Ramos, consideró que ese punto representa una «seria dificultad», ya que «el sigilo en la confesión para la iglesia universal es un sacramento y, por consiguiente, un acto de culto que está resguardado por la legislación chilena, específicamente por el Código Penal».
Esta semana se aprobó en la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley que pretende poner fin al secreto de confesión, con el objetivo de que las autoridades religiosas estén obligadas a denunciar delitos contra menores.
Sin embargo, la Iglesia Católica se manifestó en contra de este proyecto. En ese sentido, la Conferencia Episcopal sostuvo que que apoya «todas las iniciativas que ayuden a hacer justicia sobre abusos», a lo que agregó que «la obligatoriedad de denunciar parece razonable en todos los ámbitos donde hay presencia de menores, incluidos los «religiosos».
De acuerdo a La Tercera, el punto que genera el rechazo de la Iglesia apunta a que el proyecto descartó una indicación que proponía excluir de esa obligación los casos en que los religiosos tomen conocimiento de dichos delitos a través de una confesión.
En ese contexto, el secretario general de la Conferencia Episcopal, Fernando Ramos, consideró que ese punto representa una «seria dificultad», ya que «el sigilo en la confesión para la iglesia universal es un sacramento y, por consiguiente, un acto de culto que está resguardado por la legislación chilena, específicamente por el Código Penal».
«Si un sacerdote viola el sigilo sacramental, recibe la grave pena de la excomunión». Ramos también señaló que «no hay legislación en el mundo que haya pasado a llevar este principio».
Al respecto también se manifestó el obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González, quien si bien dijo que este proyecto es positivo, consideró que «hay que salvaguardar siempre la creencia y la conciencia de las personas, que es uno de los derechos humanos fundamentales».
Finalmente, el administrador apostólico de Puerto Montt, Ricardo Morales, dijo que «no se puede vulnerar la conciencia de la persona que frente a Dios manifiesta sus pecados».
Tras ser aprobado en la Cámara, el proyecto ingresará a la comisión de Constitución del Senado.
