Publicidad
Alcalde Alessandri en riesgo de convertirse en el sepulturero del Teatro Municipal PAÍS

Alcalde Alessandri en riesgo de convertirse en el sepulturero del Teatro Municipal

Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
Ver Más

Al cabo de dos años como presidente del directorio del escenario más importante del país, el jefe comunal de Santiago –que asumió prometiendo salvarlo– ha dejado que la situación empeore, a pesar de recibir repetidas advertencias sobre la crisis que ahora es evidente. Para algunos sindicalistas, usando las palabras del propio director general Frédéric Chambert, es el primer paso para terminar con los cuerpos estables y externalizarlo todo.


El Teatro Municipal de Santiago recibe más de 9 mil millones de pesos al año provenientes de las municipalidades de Santiago, Providencia, Vitacura y Las Condes, además de fondos desde el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. A pesar de este financiamiento, hace dos semanas explotó públicamente una crisis financiera que, desde el directorio de la entidad cifraron en $7 mil millones. ¿Adónde se fue la plata? Hoy abundan las explicaciones, pero ninguna es lo suficientemente clara.

Lo más evidente ocurrió cuando se materializó la decisión de despedir a 59 personas, entre técnicos y cantantes del coro, además de 23 que se acogieron a retiro voluntario. De esta manera, de acuerdo a las cifras entregadas por la administración, se ahorrarán $1.500 millones, pero gracias a ello el nivel de la crisis se hizo pública. Sin embargo, para quienes siguen el drama al interior del teatro más importante de Chile, si bien los problemas vienen de mucho antes, hoy tienen un gran responsable: el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri.

Alessandri, es el presidente del directorio del Teatro Municipal, que además integran Mauricio Larraín, expresidente del Banco Santander; Juan Manuel Santa Cruz, accionista de Lipigas y consejero de la Sofofa; Francisco José Folch, ex editor de Opinión de El Mercurio y exsubsecretario de Justicia en la dictadura; Ignacio Yarur, gerente y ligado a la familia propietaria del banco BCI; Jorge Gonzalez Granic, abogado y director de empresas; además de la periodista y experta en políticas públicas, María Cecilia Guzmán. Gran parte de ellos fueron convocados por el alcalde en 2017 para salvar al teatro de un déficit que arrastraba desde la administración municipal de la exalcadesa Carolina Tohá (PPD).

Advertencias que no escuchó

Dos años después de convocar a estos integrantes al directorio, la situación del municipal ha empeorado. El año pasado, Alessandri contrató a la cosultora Vinson, la que en septiembre empezó a trabajar en una auditoría y sobre la base de esos resultados –que no son conocidos por el personal del teatro– se han tomado decisiones como los últimos despidos.

[cita tipo=»destaque»]Alessandri no niega que lo que mandan son los números, por lo que, a pesar de que se trate de un espacio artístico, el criterio no es muy distinto al de una fábrica de sartenes. “Lo importante aquí es que los números hablan por sí solos, uno puede tener su propia opinión, pero no sus propios números, y la deuda que había alcanzado el Teatro Municipal era de 7 mil millones de pesos generados por distintos factores, como que las subvenciones no se reajustan, indemnizaciones que hubo que pagar, como un incendio que no cubrió completamente la póliza de seguros, como temporadas poco exitosas, principalmente en la ópera, y frente a eso hubo que tomar acciones para no desvincular a un número mayor de trabajadores”, afirmó.[/cita]

“Sabemos que hubo muchas cosas que se maquillaron para proporcionar la información a esta empresa. Hay muchas situaciones que fueron manejadas por la administración para tener la gracia del directorio”, dijo Emelyn Valenzuela, presidenta del sindicato de técnicos.

Valenzuela apuntó a la responsabilidad directa del alcalde Alessandri. «No ha tenido, en estos dos años de su administración, la capacidad de hacer un mea culpa, de no haber escuchado advertencias sin dar respuestas. La semana pasada tuvimos una reunión con la comisión de Cultura de la municipalidad, pero por otros compromisos él no se pudo acercar, nos dejó plantados”, sentenció.

Alessandri no es un neófito en gestión. Fue director de la Corporación Cultural de Lo Barnechea y, además, director de Gestión Ciudadana de la Presidencia, durante el primer mandato de Sebastián Piñera. Desde la alcaldía de Santiago, se ha transformado en el “brazo armado” del Gobierno en materia de anuncios y políticas de seguridad ciudadana, como ha quedado de manifiesto con sus performances con el Instituto Nacional, la venta de alcohol a menores y el manejo de la inmigración.

“En razón de ser el alcalde de la comuna, al mismo tiempo el presidente del directorio del Teatro Municipal y, además, ser objeto de subvención permanente el mismo teatro y de la fiscalización a los fondos que entregamos y de los reclamos de los sindicatos, yo le he representado estos problemas al alcalde en los últimos dos años. Tanto en reuniones como en concejo municipal. Por lo tanto, consta en actas. El alcalde, como presidente del directorio, tiene responsabilidades consignadas en los estatutos, especialmente el no pago de sueldos a principios de julio”, dijo el abogado y concejal PPD, Alfredo Morgado. “La crítica aguda que se hace es que, a pesar de haber representado todos estos problemas hace mucho tiempo, se cortó el hilo por lo más delgado”, agregó.

Desde la Corporación afirmaron que el déficit de $1.000 millones anuales viene por el aumento de un 5,5% de los sueldos en la administración de Tohá y por las indemnizaciones a directivos como Andrés Rodríguez, de $900 millones, además de las reparaciones tras un incendio el año pasado, las que costaron $300 millones, y la baja en los abonos de temporada. El plan, según ha hecho saber Alessandri, es “salvar” el teatro, pero ya hay señales de que el modelo podría ser externalizarlo por completo.

Según Emelyn Valenzuela, poco después de conocerse los despidos, el director general del teatro, Frédéric Chambert, advirtió que los músicos afectados por la noticia no querían ensayar. El francés, según el relato de la dirigenta, les advirtió «que él no nos va a poder seguir defendiendo, especialmente a los músicos, de todas las presiones y amenazas que recibe para deshacerse de todos los cuerpos estables, especialmente del coro. Según dijo, esas presiones vienen desde la Presidencia de la República y del Ministerio de las Culturas, para poder externalizar”, aseguró.

Chambert –que gana un sueldo superior a los $10 millones– es apuntado por los sindicatos como el ejecutivo responsable de los problemas en tribunales de acoso, agobio laboral y persecusión sindical, pero también se le responsabiliza por la baja en la calidad de las producciones, que ha llevado al retiro de auspiciadores como los bancos de Chile y Santander, que compraban funciones completas para regalar a los auspiciadores.

Según Valenzuela, los elencos estables, que han sido recortados con la nueva política que dirige la consultora Vinson, eran los que generaban recursos al teatro. “Muchas escenografías y decorados eran exportados a escenarios europeos, por lo que consideramos que es un error despedir a los elencos estables que somos parte de la solución”, puntualiza.

El compromiso de Alessandri

El alcalde Alessandri afirmó que la decisión de despedir personas fue “dolorosa”, pero que se hizo por recomendación de la administración del teatro y admitió que se está evaluando el desempeño de Chambert. “El directorio del teatro está evaluando constantemente el desempeño de su plana directiva, su director general y de todos los funcionarios. Yo me comprometí con los sindicatos en que, este segundo semestre, iba a tener el resultado de esa evaluación para tomar acciones”, precisó el jefe comunal.

Alessandri no niega que lo que mandan son los números, por lo que, a pesar de que se trate de un espacio artístico, el criterio no es muy distinto al de una fábrica de sartenes. “Lo importante aquí es que los números hablan por sí solos, uno puede tener su propia opinión, pero no sus propios números, y la deuda que había alcanzado el Teatro Municipal era de 7 mil millones de pesos generados por distintos factores, como que las subvenciones no se reajustan, indemnizaciones que hubo que pagar, como un incendio que no cubrió completamente la póliza de seguros, como temporadas poco exitosas, principalmente en la ópera, y frente a eso hubo que tomar acciones para no desvincular a un número mayor de trabajadores”, afirmó.

En sus palabras, el alcalde no tiene espacio para hacer un mea culpa por las deficiencias que pudo haber tenido su administración, pero sí para pedir ayuda: “Esperamos y estamos confiados en que, con el apoyo del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio y de privados, el que ha sido muy importante en las crisis, vamos a poder seguir con el Teatro Municipal dando espectáculos de calidad por mucho tiempo más”.

Publicidad

Tendencias