Las noticias falsas son un tipo de contenido seudoperiodístico difundido a través de portales de noticias, prensa escrita, radio, televisión y redes sociales y cuyo objetivo es la desinformación.
Las fake news (noticias falsas) tuvieron un aumento exponencial en Chile durante el 2018, con unas 11.533.000 interacciones (visualizaciones compartidas o reacciones) en las redes sociales.
Para llegar a los resultados analizaron 103 noticias falsas relevantes, que se presentaron como hechos reales y se difundieron masivamente en Facebook, Twitter y otras redes.
Las cifras prácticamente triplicaron los 3,5 millones de interacciones registradas en un trabajo similar para el año 2017.
Los asuntos más abordados en este tipo de notas en 2018 estuvieron relacionados con la política, con 29 artículos y más de tres millones de interacciones, y que mayoritariamente atacaban a Michelle Bachelet y a Sebastián Piñera, según el análisis. Ambos sumaron 28 publicaciones, que generaron 1,6 millones de interacciones.
El Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago resolvió dejar sin sanción al panelista de Radio Agricultura, Gonzalo de la Carrera, luego de que Camila Vallejo interpuso en su contra una querella por injurias graves el pasado 14 de enero. Además, la diputada comunista tendrá que pagar las costas del juicio.
La resolución determinó que el conductor fue absuelto de los delitos que se inculpaban tras dos polémicos tuits que hacían mención a una posible defensa de Vallejo sobre la pedofilia.
En el primer tuit, De la Carrera aseguró que Vallejo efectivamente defendía la pedofilia. Minutos después mencionó que es una noticia por confirmar y emplazó a la diputada a aclarar dicha situación.
Esta situación provocó una ola de críticas, obligando al conductor de Radio Agricultura a pedir disculpas frente a la situación y borrar las publicaciones.
Durante las pasadas elecciones de la FEUC, se realizó una gravísima denuncia contra Ignacio Palma, candidato gremialista en las elecciones de la FEUC. Una cuenta anónima -con publicidad pagada- colgó en Facebook un testimonio detallando cómo éste habría abusado sexualmente de una joven. No se entregó ninguna prueba y ni siquiera una identidad, pero la historia fue asumida como una verdad incuestionable por las listas de izquierda.
Palma negó tajantemente todo, pero sus adversarios lo acusaron de ser un agresor sexual e incluso se negaron a debatir con él. En un video sus contendientes dijeron “no nos sentimos seguras debatiendo con un hombre así”. Todo esto sin ninguna prueba. El lunes fue eliminado el testimonio y la cuenta desde la que fue subido, pero las “funas” no pararon. Hasta ahora no hay antecedentes para sostener que la denuncia es real, pero sí datos para suponer que es falsa. No es una verdad en disputa, sino posverdad.
La posverdad se puede distinguir como aquella proposición que se refiere a lo que ocurre en la realidad, pero que no se puede determinar si es verdadera o falsa, por mucho esfuerzo que se haga. Además, debe existir un interés tendencioso (llámese populismo, farandulismo, etc), por sacar provecho del vacío de pruebas a favor o en contra de lo propuesto. Por lo tanto, la posverdad no es una mentira ni una noticia falsa, es el uso inescrupuloso que se hace de lo que no se puede demostrar (Verdadero o Falso), pero que se presenta como verdad.
La investigación neurocientífica aporta una visión acerca de por qué las noticias falsas pueden resultar tan atractivas y fáciles de extender. La clave parece estar en el rol que juegan las emociones en nuestro pensamiento, siendo mucho más importantes que la parte “racional” de nuestro proceso de toma de decisiones. Otros descubrimientos recientes refuerzan esta premisa: la corteza prefrontal, que alberga la parte lógica del cerebro, actúa en segundo término en el proceso que tiene lugar cuando se leen las noticias. Existe una mayor probabilidad de que una noticia se comparta si activa la parte social del cerebro y si dicha noticia tiene mayor valor social para el lector.
La geopolítica en la era de las noticias falsas también se complica porque la posverdad trastorna un elemento fundamental de la diplomacia y de la política internacional, a saber, la comunicación. Las acusaciones sin fundamento y las reivindicaciones injustificadas distorsionarán las relaciones diplomáticas y conducirán los procesos militares y políticos por el mal camino. Las falsas afirmaciones acerca del dinero despojado al Reino Unido por parte de la Unión Europea ayudaron a otorgar carta de naturaleza al Brexit con sus consiguientes repercusiones para la estabilidad de Europa y del resto del mundo. El Estado ruso utilizó las redes sociales para propagar acusaciones indicando que el gobierno ucraniano había crucificado a un niño.
Una supuesta militarización de las fronteras de Chile con Bolivia fue el principal tenor que se tomó las noticias falsas que circularon en redes sociales antes y después de conocerse el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que resolvió que nuestro país no tiene obligación de negociar un acceso soberano al Océano Pacífico con el país altiplánico.
Un video que mostraba a efectivos militares chilenos presuntamente desplegados en las zonas fronterizas en el norte de Chile, difundido días antes de la lectura del fallo el 1 de octubre, tuvo más de un millón 500 mil interacciones en Youtube, Facebook y Twitter,.
Desde el Ejército descartaron la información y explicaron que las imágenes corresponden «a un procedimiento operativo normal, como parte de las actividades de instrucción y planificación anual, específicamente con vehículos en terreno, en el marco de un ejercicio, realizado durante el mes de agosto en la zona general Estación O’Higgins, Región de Antofagasta».
El ejercicio militar ocurrió antes de que incluso la CIJ informara, el 12 de septiembre, que la fecha de lectura del fallo iba a ser el 1 de octubre.