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El jefe de la diplomacia chilena le bajó el perfil a las aseveraciones del informe. Dijo que hasta ahora “ninguno de los informes de organismos internacionales plantea que haya habido violaciones graves y sistemáticas” en Chile y sostuvo que la tarea ahora es “volver a la normalidad con respeto a los derechos fundamentales”.
«Ya vamos con cuatro informes. Llegó el momento que nos dediquemos a trabajar”. Con esas palabras se refirió en La Moneda el canciller Teodoro Ribera al comentar los resultados del informe dados a conocer este viernes por la oficina de la Alta Comisionada para los DD.HH. de la ONU, que encabeza Michelle Bachelet.
El jefe de la diplomacia chilena le bajó el perfil a las aseveraciones del reporte, que en lo medular sostiene que “hay razones fundadas para sostener que, a partir del 18 de octubre, se han producido un elevado número de violaciones graves a los derechos humanos” en Chile.
“De una vez por todas no podemos estar preocupados de informes más o informes menos, ya llevamos cuatro informes (…) Ninguno de los informes de organismos internacionales plantea que haya habido violaciones graves y sistemáticas”, dijo el ministro.
Ribera insistió en que la tarea ahora es “volver a la normalidad con respeto a los derechos fundamentales”, pero mantuvo sus críticas al trabajo de Naciones Unidas.
Por ejemplo, dijo que el informe “tiene aseveraciones que no son propias de la Alta Comisionada, sino son expresiones formuladas por terceros, expresadas en términos como ‘habrían, podrían, se señala que’. No se hace cargo que necesariamente eso es verdad».
En el ámbito de las conclusiones y las recomendaciones, Ribera también hizo sus reparos, señalando que “algunas de estas “están fuera del ámbito de la comisión”, como la relativa a la Nueva Constitución y su sugerencia de velar por la paridad de género en el órgano constituyente.
