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Crisis del coronavirus deja al descubierto la precariedad de las trabajadoras domésticas en América Latina PAÍS Crédito: Sintracap

Crisis del coronavirus deja al descubierto la precariedad de las trabajadoras domésticas en América Latina

Un buen ejemplo de ello es el de María de León, niñera de 31 años, quien se vio en un escenario poco favorable luego que el Gobierno decretara la cuarentena en el sector oriente de la ciudad de Santiago. «Mi empleador me llamó y me dijo que tenía tres opciones: una, que me iba a vivir al trabajo durante tres meses con el mismo salario; dos, que solo trabajo 15 días al mes por la mitad del salario o tres, que me despido», dijo León a la agencia de noticias Reuters. De acuerdo a un informe de la Organización Mundial del Trabajo (OMT) del año 2016, se estimaba que en Latinoamérica había 18 millones de trabajadoras domésticas. La mayoría de ellas se encuentran en el sector informal, en el que no cuentan con muchos derechos laborales.


La crisis sanitaria desatada por el coronavirus ha dejado al descubierto las profundas desigualdades de las que son víctimas los trabajadores domésticos en el país. 

Un buen ejemplo de ello es el de María de León, niñera de 31 años, quien se vio en un escenario poco favorable luego que el Gobierno decretara la cuarentena en el sector oriente de la ciudad de Santiago.

«Mi empleador me llamó y me dijo que tenía tres opciones: una, que me iba a vivir al trabajo durante tres meses con el mismo salario; dos, que solo trabajo 15 días al mes por la mitad del salario o tres, que me despido», dijo León a la agencia de noticias Reuters.

Cuando la mujer de 31 años trato de discutir las opciones, su empleadora tomó la decisión de despedirla. «Ella me despidió y ahora estoy en casa, sin nada en mis bolsillos y en medio de esta cuarentena».

La realidad de María de León es el reflejo de lo que sufren muchas trabajadoras domésticas no solamente en Chile, sino en Latinoamérica, y las precariedades a las que deben enfrentarse en situaciones de crisis como la actual. 

De acuerdo a un informe de la Organización Mundial del Trabajo (OMT) del año 2016, se estimaba que en Latinoamérica había 18 millones de trabajadoras domésticas. La mayoría de ellas se encuentran en el sector informal, en el que no cuentan con muchos derechos laborales.

Según Reuters, los sindicatos de trabajadores domésticos del país han señalado que la situación que tuvo que vivir María de León no es algo inusual, debido ya que en las zonas de mayores ingresos «intentan aislarse de la epidemia». De hecho, la presidenta del Sintracap, sindicato que representa a 500 trabajadoras domésticas, aseguró haber recibido llamadas de colegas con opciones similares.

«Se les pedía a las personas que se mudaran con su empleador, pero también tenían que cuidar a sus propias familias (…) Estas mujeres generalmente viven en los peldaños más bajos de la sociedad chilena y no tienen mucha educación. Sus posibilidades de encontrar nuevos empleos no son altas», dijo Vidal a la agencia de noticias.

De acuerdo a Sintracap, en Chile hay 300 mil mujeres trabajando como niñeras y amas de casa. Una de ellas es Yanneth de 55 años, quien dijo sentirse aliviada cuando su empleador le pidió que se mudara a la cómoda de su casa en Lo Barnechea, para así no arriesgar su salud y la de sus hijas, con quienes vive en un departamento en Santiago Centro.

Sin embargo, un panorama distinto es el que ha tenido que enfrentar Nancy Medel de 45 años, quien no ha tenido noticias de su empleador desde la semana pasada. «Mi empleador me dijo que no quería que trajera el virus para infectar a sus hijos (…) ahora ella no responde mis llamadas y no puedo ir a trabajar. Esto no es mi culpa, es un problema global, pero ahora no puedo pagar mis cuentas ni la escuela de mi hija», dijo.

De acuerdo a Luz Vidal, los empleadores tienen la obligación moral de seguir pagando a sus trabajadoras o, al menos, mantener el vínculo de trabajo. También considera que el Gobierno tiene que desempeñar un papel más importante para lograr que las trabajadoras domésticas reciban un trato más justo.

El panorama en otros países

Esta realidad que enfrentan las trabajadoras domésticas no es exclusiva de Chile. En Brasil, Cleonice Goncalves, ama de llaves de 63 años, se convirtió en la quinta muerte por covid-19 de ese país, virus que aparentemente contrajo de su empleador, quien había estado de vacaciones en Italia. Su muerte puso sobre la mesa una discusión referente a las clases sociales en Brasil. 

En la ciudad de Bogotá, en Colombia, trabaja como limpiador Duver Marín y reconoció a Reuters que no le importaba ser multado por no cumplir una cuarentena que se anunció hace dos semanas. Para él, su prioridad es que su familia pueda comer.

«Seguiría la orden de cuarentena, pero ¿de qué vamos a vivir?», dijo el hombre de 52 años, quien mantiene a dos hijas, su esposa y una nieta con un salario de 200 dólares.

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