Exconcejala de Pica, hoy postula para uno de los escaños reservados para pueblos originarios en representación de la comunidad Aymara. Uno de los ejes programáticos de su campaña es el «Suma Qamaña», lo que se traduce en «el buen vivir», un concepto –señala– que «tiene trece principios, entre ellos, el saber comer, el saber beber, el saber pensar, y eso lo hemos trabajado en función de los derechos que deben estar consagrados en la próxima Constitución». Otra de sus prioridades es la consagración de un Estado Plurinacional y avanzar en una mayor participación política de la mujer indígena: «Si bien es un gran avance que podamos escribir la nueva Constitución de forma paritaria, creo que es solo el inicio. (…) Las mujeres indígenas somos capaces de incidir de manera efectiva, no solo en política sino también en nuestras comunidades y nuestra existencia como naciones». Por otro lado, pone el acento en la falta de información sobre la participación de los pueblos originarios en las elecciones de abril: «Es complejo el proceso, pienso en nuestras comunidades y nuestros adultos mayores indígenas que van estar muy confundidos y eso va a llevar a que las lecturas políticas digan que no tenemos una efectiva participación, o que no representamos efectivamente a un sector de la sociedad».
