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Crédito: Agencia UNO
La ex presidenta y actual Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet rompió su silencio y se refirió al órgano constituyente que esta semana eligió a su nueva mesa directiva liderada por María Elisa Quinteros y Gaspar Domínguez. Si bien afirmó que «la Convención Constitucional da esperanza y la gente lo que necesita en la vida es tener esperanza de que puede haber un mejor futuro», descartó atribuirse alguna responsabilidad en su creación: «La gente llegó a la convicción de que no basta muchas veces con cambiar leyes, sino que uno requiere una Constitución que pueda ser mejor garantía de sus derechos. Yo no me atrevería a adjudicarme ninguna maternidad a ese respecto».
Desde su llegada a Chile el 12 de diciembre pasado, la ex presidenta y actual Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, se había mantenido alejada de distintas situaciones que ocurren en Chile -salvo el video en donde declaró apoyar a Gabriel Boric- y no había concedido declaración alguna frente a diversas materias, como la Convención Constitucional.
Eso hasta ahora, ya que Bachelet conversó con el diario El Mercurio sobre el órgano constituyente, descartando atribuirse una «maternidad» del proceso. «Maternidad yo no me atrevería a decir porque creo que este proceso, de esta manera, surgió del movimiento social», explicó.
«La gente llegó a la convicción de que no basta muchas veces con cambiar leyes, sino que uno requiere una Constitución que pueda ser mejor garantía de sus derechos. Yo no me atrevería a adjudicarme ninguna maternidad a ese respecto», recalcó.
Sobre el proceso, Bachelet señaló estar esperanzada. «Creo que la Convención Constitucional da esperanza y la gente lo que necesita en la vida es tener esperanza de que puede haber un mejor futuro», afirmó.
«Tengo la impresión que tanto la elección de (Gabriel) Boric como la Convención Constitucional constituyen para la gente la esperanza de que se podrán hacer cambios en áreas que se sienten muy injustas y por muchos años», dijo.
Bachelet recordó que la fórmula en ese momento era mixta, pues si bien gran parte del mundo político coincidía en cambiar la Carta Magna, «si uno conversaba con un chileno o chilena que estaban más preocupados de su ingreso, de la educación, de la salud, de su familia, aunque esos son elementos que la Constitución debe incluir, eso, en un marco de muchos años sin educación cívica, hacía que mucha gente no siempre tuviera la percepción de su importancia. Eso fue cambiando de a poco».
«El proceso que nosotros iniciamos ayudó a que mucha gente tuviera más conciencia, pero hoy es otro tiempo. De hecho, yo llegué a la convicción de que lo que nosotros habíamos propuesto antes ya no servía (…) había otro cuadro político, otro apetito o falta de apetito por una Constitución a través de una Asamblea Constituyente», apuntó.
De hecho, detalló que en ese entonces, «agua para la piscina había para algunas cosas y para otras no había», mencionando como ejemplo la plurinacionalidad. «Por eso decía que yo no me atribuiría maternidad, porque si bien coincidíamos en los objetivos, todo el movimiento social ha permitido que límites que había en el pasado ya no van a ser límites. Y que temáticas que en el pasado -aunque yo pudiera estar de acuerdo con ellas- no iban a contar con el apoyo incluso de algunos en mi coalición, hoy día sí están contando con un apoyo más masivo, incluso de la derecha».
