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Grieta en el mundo pyme: gremios se levantan ante liderazgo de Juan Pablo Swett y llaman a votar Apruebo MERCADOS

Grieta en el mundo pyme: gremios se levantan ante liderazgo de Juan Pablo Swett y llaman a votar Apruebo

Roberto Bruna
Por : Roberto Bruna Periodista de El Mostrador
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Entre las diferentes organizaciones gremiales que integran la pequeña y mediana empresa –las pymes– no hay solo una visión, ni por lejos. Mientras Swett, a la cabeza de la Multigremial Nacional de Emprendedores, desarrolla encuentros privados para estimular el rechazo a una nueva Constitución, presidentes de otros gremios de pymes no solo enfatizan que dicha postura no los representa y que su opción es el Apruebo, sino que además se muestran en oposición a su liderazgo. Lo acusan de apropiarse de la vocería del conjunto de los emprendedores, en circunstancias que él representa solo a las pymes más exitosas, el mundo de los «unicornios». “Un pyme no tiene títulos en la Bolsa ni tiene plata guardada en un paraíso fiscal ni nada de eso. Un pyme de verdad está entrando y saliendo de Dicom», señalan. Aparte de cuestionar el liderazgo de Swett, al que acusan de no sumar sino restar a los más chicos –que, dicho sea de paso, constituyen la inmensa mayoría– y junto con definirse a favor del cambio constitucional que modifique las reglas del juego, estas organizaciones califican de engaño y discrepan con las defensas corporativas en nombre de las pymes a los tratados comerciales, toda vez que la «verdadera pyme no exporta», puntualizan. Este tramado de acuerdos comerciales ha incidido, a juicio de los detractores del presidente de la Multigremial, en la configuración de un panorama donde “1 millón 300 mil empresas accedemos al 10% del mercado y 14 mil grandes empresas se toman el 90% restante”.


«Hoy está en juego el modelo que nos ha permitido el crecimiento”, declaró Juan Pablo Swett, presidente de la Multigremial Nacional de Emprendedores, en el marco de un acto privado llevado a cabo en el hotel Sheraton el pasado jueves, encuentro titulado «Rol de MiPymes y Emprendedores en la Convención Constitucional».

En la oportunidad –según El Desconcierto–, el dirigente preguntaba, desafiante: “¿Daremos la cara frente al país que se nos viene? ¿Saldremos a las plazas y calles a contar cuál es la visión del sector productivo más importante de Chile? ¿O callaremos?”. Las palabras de Swett provocaron escozor en otras organizaciones gremiales que representan a las pequeñas y medianas empresas de Chile, aquellas con ventas de entre 2.400 y 100.000 UF y que, a menudo, tienen graves problemas de endeudamiento, escasas fuentes de financiamiento y pérdida creciente de participación en el mercado. La respuesta de Gianina Figueroa, presidenta de Unión Nacional de gremios de las Mipymes (Unapyme), refleja que en este ámbito productivo no existen las miradas monolíticas frente al proceso constituyente. En el seno del mundo pyme surgió una brecha como la que se abrió en el corazón mismo de la ex Concertación, donde autocomplacientes y autoflagelantes ya fijaron posturas sobre el plebiscito de salida.

La diversidad del mundo pyme es tan vasta como en la misma sociedad chilena. Si bien aquello puede ayudar a comprender la fragmentación que hay en esta área productiva (hay cinco grandes entidades gremiales), también es necesario tomarlo en cuenta para separar aguas en torno a lo que viviremos el próximo 4 de septiembre: el eventual cambio en las reglas del juego democrático del país y la redistribución del poder institucional. No es casualidad que, a medida que caigan las hojas del calendario, el debate comience a tornarse más áspero e intenso dentro del espacio gremial, por lo que no será extraño ver a quienes prosperaron con el crecimiento decantándose por el Rechazo, a diferencia de quienes quedaron en la “mesa del pellejo” –dicen los pymes consultados para esta nota–, quienes mayoritariamente se inclinarán por el Apruebo.

Este debate ha permitido desnudar miradas ideológicas que, hasta acá, parecían inexistentes en el ámbito de las pymes. Y vaya que la divergencia es total, como bien lo reflejan las declaraciones de Gianina Figueroa cuando se refiere al timonel de la Multigremial, a quien acusa de arrogarse la representación de dicho espacio productivo. Luego de conocer la intervención del exdirigente de Asech en el señalado acto, el que fue tildado como «contra Convención», la timonel de Unapyme no esconde sus deseos de intervenir en el debate para defender la derogación de una Carta Fundamental que consagra un orden “neoliberal” que, a su juicio, favorece de forma impúdica a los grandes capitales en virtud de una construcción teórica mil veces propuesta y mil veces desmentida por los hechos: el “chorreo”.

“La estructura de la actual Constitución es tremendamente perjudicial para nosotros, donde la economía es entregada al arbitrio de unos pocos. Él (Juan Pablo Swett) pertenece a un sector de las pymes que son las más exitosas, ese mundo de los ‘unicornios’, que en conjunto conforman un grupito muy pequeño, pero con conexiones con la ultraderecha, que es donde se encuentra el movimiento de los camioneros, que son capaces de aportillar el proceso constituyente”, denuncia Figueroa, quien recuerda que el encuentro del hotel Sheraton incluyó la presencia de uno de los fundadores de la Multigremial Nacional de Emprendedores en 2014: Sergio Pérez, el controvertido presidente de la Confederación Nacional del Transporte de Carga de Chile (CNTC), quien realizó una encendida soflama en defensa de la patria en el marco de ese encuentro, según El Desconcierto: “El compromiso que nos demanda Chile, requiere el compromiso de todos los gremios de la Multigremial Nacional. Debemos aportar en la unidad y en la defensa de la patria”.

Según Gianina Figueroa, “no es extraño que califiquen al proceso (constituyente) de peligroso o que digan que el modelo es exitoso. Es comprensible, en todo caso, que a quienes les acomoda todo esto salgan a defenderlo a ultranza”.

Asimismo, la timonel de Unapyme cuestiona de soslayo el carácter de pequeño emprendedor que dice ostentar quien –señala– se codea con el gran poder establecido, a fin de preservar la institucionalidad que más le acomoda, y que permite no ya solo una concentración muy lesiva para la salud económica del país por su impacto en la competitividad, sino además el abuso que suele quedar impune.

“Un pyme no tiene títulos en la Bolsa ni tiene plata guardada en un paraíso fiscal ni nada de eso. Un pyme de verdad está entrando y saliendo de Dicom», sostiene la dirigenta gremial, en referencia a todos aquellos empresarios exitosos que gustan de posar como pequeños emprendedores. «No me extraña que algunos pongan una cantidad de recursos para arrendar espacios en lujosos hoteles, consiguiendo auspicios de bancos y cámaras de comercio para un diálogo entre pocos”, indica Figueroa.

Juan Pablo Swett responde afirmando que la representatividad “no se la arrogan las personas, se demuestra con hechos y la Multigremial Nacional hoy es la asociación gremial más grande de Chile, con 18 multigremiales regionales, 200 gremios productivos, presencia de Arica a Punta Arenas y más de 1 millón 400 mil trabajadores vinculados. En nuestra web pueden ver de forma transparente todos los asociados que tenemos con su firma y ficha gremial. No estoy seguro que todos los que se denominan ‘dirigente de pyme’ hoy en Chile puedan decir lo mismo de forma tan honesta y transparente”.

“Incluso en la mesa de empresas de menor tamaño del Ministerio de Economía, algunos gremios plantearán que se defina cuál es la real representatividad de cada gremio y saber a quiénes representan, ya que cualquiera hoy se da un cargo pero no tiene asociados”, agrega el empresario.

El doctor en Economía Enrique Román, quien investiga a las pymes y es un experto en el tema, ratifica las complejas condiciones de mercado para este sector productivo compuesto por alrededor de 1 millón 300 mil empresas, de las cuales se encuentran registradas alrededor de un 10% de ellas . “Tan dispareja está la cancha en favor de unos y en desmedro de otros, que hoy las empresas grandes son más grandes, las medianas son cada vez más pequeñas, las pequeñas son cada vez más micro y las micro se están volviendo cada vez más informales”, sostiene.

Una grieta insalvable en torno al «modelo»

“Tener tantas dificultades para pagar sueldo mínimo decente habla de un modelo absolutamente fracasado que requiere de cambios urgentes”, señala la presidenta Unapyme, quien apunta a la precariedad generalizada de la sociedad, marcada básicamente por un crecimiento al que juzga “engañoso” y orientado a la concentración de sus beneficios, “al punto que hoy tenemos a un grupo de clanes familiares que han hecho de la economía chilena un verdadero oligopolio, y ello es por la estructura de la actual Constitución, que es tremendamente perjudicial para nosotros los pymes”, agrega la dirigenta gremial, quien expresa su firme convicción por votar en favor del Apruebo en el plebiscito de salida.

Misma opinión tiene el timonel de la Confederación Nacional de la Pequeña Industria y Artesanado de Chile (Conupia), Roberto Rojas, quien tampoco está de acuerdo con la afirmación del dirigente de la Multigremial Nacional de Emprendedores, entidad creada en 2014 y cuyo máximo dirigente, Juan Pablo Swett, encabezó el controvertido encuentro en el hotel Sheraton, oportunidad en la que los asistentes, entre los que se encontraban insignes representantes de la ex Concertación –poseedores de una mirada más complaciente respecto de lo realizado en los últimos 30 años en el país–, expresaron una clara, aunque legítima, postura de repudio al trabajo de la Convención Constitucional.

Rojas cierra los ojos tratando de ordenar las innumerables señales de captura de una institucionalidad en favor de las grandes empresas, esas que, por ejemplo, cuentan con un financiamiento a bajo costo gracias a las AFP. “Aquí hay montada una institucionalidad que no favorece a las pymes ni a las mayorías nacionales. Es por eso que justamente se puso en el centro este proceso constituyente que esta tratando de cambiarla”, puntualiza Rojas. “Desde los años 90 ha habido una progresiva pérdida en los mercados. Cuando recuperamos la democracia teníamos alrededor del 30% de la participación en el mercado, y hoy rondamos el 12%, incluso menos. Hay un 1,5% de las empresas de mayor tamaño que prácticamente capturó el mercado, en circunstancias que el 98% restante absorbe la mayor cantidad de empleos: un 60% del empleo privado, y el resto de empleo de privados en el sector ‘público’, que se da por la vía de la subcontratación en la provisión de mano de obra”, añade.

Pero el titular de la Multigremial no se arredra con estos lapidarios cuestionamientos a la estrategia de desarrollo de Chile. “Tenemos que ser capaces de valorar los últimos 30 años donde Chile ha sido un ejemplo de crecimiento económico en la región, disminuyendo la pobreza, la desigualdad y la inflación. Hay que entender que gracias a este mismo modelo las pymes son parte de una gran cadena productiva, siendo proveedoras de las grandes empresas, en donde existe un millón de pequeñas y medianas empresas formales que generan el 50% del trabajo en Chile e ingresos para millones de familias”, indica.

¿Que hay asignaturas pendientes y múltiples deficiencias? Desde luego, sostiene Swett, quien reconoce que “evidentemente podemos avanzar en darle mayor protagonismo en desconcentrar la economía, pero decir que el modelo es el malo, no es cierto y carece de sentido con las cifras de crecimiento que experimentó Chile desde 1990 a la fecha”.

Desde Conupia, Rojas lamenta que los medios de comunicación los metan a todos en el mismo saco o que hablen de las pymes en genérico, sin precisar que tal o cual confederación se distingue de otras tanto en sus enfoques como en sus composiciones.

“En nuestro sector productivo hay diferentes opiniones. Yo puedo hablar por Conupia, y nosotros no nos sentimos a gusto ni cómodos con este modelo de desarrollo. Nuestro gremio no cree solo en el extractivismo; también cree en una economía que agregue más conocimiento y que se reindustrialice colgando a las pymes en sus cadenas de valor, con respeto al medio ambiente y las comunidades, en un marco de estado de bienestar”, sostiene, entendiendo que esa red de seguridad social es clave para que más personas se atrevan a emprender. “¿Por qué no querríamos cambiar una institucionalidad que hace posible y deja en la impunidad las colusiones, por ejemplo?”, se pregunta Roberto Rojas Puga.

Las tareas que debe emprender el Estado

Pronuncia Gianina Figueroa un ya viejo dicho del mundo pyme: “Las pymes están en boca de todos pero en manos de nadie”. La frase refiere a cómo el mundo político a menudo apela a las pequeñas empresas para hacer campaña, pero luego, ya en el poder, las mismas desaparecen de las prioridades en materia de política pública. “Mucha gente no lo sabe, pero aún hoy, después de tres años, la ley de pago a 30 días ha sido un fracaso, letra muerta como tantas leyes que se han creado en Chile, y eso es por una institucionalidad que lo permite”, agrega la titular de Unapyme, en referencia a una de las leyes que forman parte del «legado» del ex Presidente Sebastián Piñera.

Consultado al respecto, el presidente de Conupia señala que todo anhelo de justicia choca con una pesada estructura de privilegios que otorga un poder desmedido a los grandes dueños del capital, desde empresas trasnacionales a bancos, “por lo que muchos proyectos de ley se formulan bajo la supremacía de aquellos sectores que tienen la posibilidad de influir con mayor fuerza en instituciones como el Congreso”. En consecuencia, es comprensible el nivel de precariedad que exhibe el sector, algo que reconocen incluso los más partidarios del modelo chileno, como el propio Juan Pablo Swett, quien retiene con claridad los números en su cabeza: “El 50% de los microemprendedores por cuenta propia gana mensualmente un salario mínimo o menos, el 55,2% financia su negocio con ahorros propios y 19,1% a través del endeudamiento”.

Rojas, por su parte, agrega: “Igual fue un gran avance esa ley, pero los grandes siguen pagando a 120 días o más a sus proveedores porque quedaron nudos que no pudimos desatar. Pocos saben que la actual ley consagra la posibilidad de establecer un pacto entre el mandante y la pyme proveedora, pero sabemos que el mandante tiene mayor poder de negociación que las pymes. Es una relación muy asimétrica en la que todo pyme debe aceptar las condiciones que impone el grande o simplemente se queda sin pega. Y se le amenaza: si te gusta, bien; si no, me busco a otro”. En tanto, Swett reconoce que, en una de las leyes que integran el legado piñerista, hay una situación abusiva que urge corregir.

El investigador y experto en pymes, Enrique Román, reconoce que su experiencia en la mesa técnica a la que convocó el Ministerio de Economía del segundo mandato de Piñera fue “amarga”, ya que se le dio “una importancia tremenda a la participación de las grandes empresas. Éramos dos representantes de las pequeñas empresas, versus 12 o 14 de las grandes. Era imposible hablar”, declara el académico, quien agrega que la única posibilidad de hacerse escuchar era poniéndose “grosero”.

“El balance es que la ley es inútil. En el primer Gobierno de Piñera surgió el ‘Sello Pyme’, una certificación para las empresas que pagaban a 30 días, y un número importante de empresas se plegó. Pero esta nueva ley incluyó un periodo de transición para que las empresas pudieran pagar un tiempo a 120 días, de tal modo que después pasaran gradualmente a pagar a 60 días y luego a 30”. Según Román, esta disposición fue contraproducente, pues todas esas empresas que estaban pagando a 30 días volvieron a hacerlo a 120 días, por lo que “esa ley fue un tongo, una estafa, por decirlo suave”.

A juicio de Román, hay dos acciones urgentes que bien permitirían aliviar la situación de las pymes. En primer término, establecer que el plazo a 30 días debe empezar a regir desde el preciso instante en que la empresa mandante recibe la guía de despacho que acredita la entrega de los productos proporcionados por la pyme proveedora. Y si se excede en el plazo, “debe pagar las mismas tasas de interés que se le aplica a quien no paga su tarjeta de crédito, que es de un 3,5%, y no de un 0,5%”. Sin embargo, hoy es común que las grandes empresas apelen a cuestiones de forma para retrasar el pago. “Le devuelvo la factura porque le faltó un acento a una palabra, una raya mal puesta, en fin. Por cualquier tontera se retrasa el proceso y pueden pasar hasta 300 días sin pagar”, indica el economista.

También resulta imperativo eliminar la posibilidad de que “las empresas puedan utilizar el IVA a crédito sin necesidad de haber pagado la factura, porque ahí está el negocio que hace que los grandes compradores no tengan incentivo para pagar sus facturas”.

“Imaginemos un supermercado grande que compra 30 millones en productos, de eso hay 6 millones de pesos que son de IVA, recibe la factura, toma esos 6 millones y los imputa como crédito fiscal. Hasta aquí no ha pagado nada. Pero a fin de mes el pyme que ha hecho la venta tiene que pagar esos 6 millones de pesos al Servicio de Impuestos Internos por emitir la factura, y solo va a recuperar esa plata cuando esa empresa grande le paga. Tremendo negocio para la gran empresa: se demora lo más posible en pagar, los pymes le pagan el IVA y, por lo tanto, hacen caja con la plata que está pagando el pequeño empresario. Entonces, eso debiera ser al revés: mientras la gran empresa no pague la factura, no tiene derecho a usar el IVA como crédito fiscal”, plantea Enrique Román. “Esto generaría una inyección de miles de millones de dólares. Son cantidades fabulosas de plata. Pero tenemos tan normalizado eso de que las pequeñas financien a las grandes…”, añade.

Juan Pablo Swett, que creó la Multigremial para oponerse a la reforma tributaria del segundo Gobierno de Michelle Bachelet, reconoce que la iniciativa estrella de Piñera respecto de las pymes “se encuentra incompleta”. “Esperamos que se modifique con urgencia y avanzar en el no uso del IVA crédito, mientras no se paguen las facturas, particularmente en períodos tan complicados como han sido la pandemia y el estallido social para las MiPymes”, sostiene el dirigente.

Este es, en consecuencia, el asunto más urgente a resolver: el pago a 30 días. Gianina Figueroa agrega a lo dicho por su homólogo de Conupia, Roberto Rojas, que esta situación agrava el dramático problema de financiamiento que impide impulsar o ampliar pequeños proyectos de inversión. “Este trato abusivo implica que el pyme, ese que no tiene apoyo de nadie, después tenga que bicicletear o factorizar su operación asumiendo mayores costos e intereses”, señala.

Disconformidad con la acción del Gobierno

A la dirigenta Gianina Figueroa no le gustó que el mundo pyme haya sido excluido del Consejo Superior Laboral convocado por el nuevo Gobierno, instancia que será encabezada por Silvia Silva, vicepresidenta de Comunicaciones de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), mientras que Juan Sutil, timonel de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), quedará como segundo a cargo.

“Es increíble que no nos sumen a ese diálogo por el sueldo mínimo, porque es un debate en el que queremos participar. Nosotros conocemos a nuestros trabajadores, estamos con ellos; conocemos de sus anhelos, de sus sueños, sus preocupaciones, y siempre queremos que tengan un sueldo mejor porque somos sensibles a sus realidades. Si el trato fuera distinto hacia las pymes, tendríamos una mejor distribución del ingreso”, indica Figueroa.

Esa es otra de las grandes asignaturas pendientes: aumentar la participación de las pymes en el sistema de adquisiciones públicas, más conocido como ChileCompra o Mercado Público. Respecto a este espacio, los pymes expresaron retrocesos en el Gobierno de Sebastián Piñera por la aparición de una modalidad de compra que resultó perniciosa para el ámbito pyme: las compras en bloque, o “compras conjuntas” o “compras colaborativas”, que agrupan los requerimientos de más de un servicio público, elevando la cantidad de stock requerido a niveles que exigían un nivel de financiamiento inalcanzable para las pequeñas y medianas proveedoras. Como era de esperar con esta nueva “doctrina” de la pasada administración gubernamental, ello contribuyó a concentrar la lista de pymes proclives a hacer tratos con el Estado.

“Cuando revisamos el plan de las 21 medidas de Chile Ayuda con medidas inclusivas, el plan del ministro de Hacienda (Mario Marcel) tiene solo tres puntos que tienen que ver con temas que tocan a la pyme, en especial el sueldo mínimo y endeudamiento. Uno dice ‘guau, parece que todavía no logramos entender’, y entonces es poco lo que vamos a poder avanzar”, subraya la presidenta de Unapyme. “Y eso que el Presidente se comprometió con nosotros el 12 de enero en ‘La Moneda chica’, y partimos recién ahora a reunirnos por presiones nuestras”, agrega. Asimismo, llama a combatir con fuerza al comercio ambulante y ser menos draconianos en la aplicación de sanciones a las pymes, más aún en un contexto de pandemia que se cebó con los pequeños empresarios, en especial con los turísticos, un rubro en el que se observa, señala, una situación desesperada.

Roberto Rojas, el timonel de Conupia, cree que el problema de base de las autoridades, pasadas y actuales, es su “excesivo academicismo”, lo que los lleva a aproximarse a los problemas desde la teoría y “de forma muy tecnocrática”.

Otras de las medidas que clama el mundo pyme es la creación de un banco de fomento, porque “BancoEstado actúa como un banco más. Ojalá que la primera presidenta de la institución (Jessica López) pueda comprender la necesidad de asumir este nuevo rol”, recalca Figueroa.

Asimismo, hay iniciativas que generan inquietud en este sector de la producción, como el aumento progresivo del sueldo mínimo, el proyecto de la jornada laboral de 40 horas y el aporte patronal en pensiones, lo que puede incrementar los costos de producción a niveles imposibles. Otro efecto complejo es el que puede generar la negociación ramal, recientemente consagrada en el borrador de la nueva Constitución, si no se toman las medidas necesarias para prevenir sus efectos en las pymes.

“El problema es la diferencia de productividad entre las distintas empresas. La pyme produce a un mayor costo además porque tiene menos acceso a financiamiento, y además vende más barato. Entonces, ¿cuál es el margen para aumentar sueldos? Si hay negociación por rama, se va a fijar al salario de los sindicatos grandes”, afirma Román, lo que podría terminar de aniquilar a las pymes y acentuar, de paso, la concentración del mercado. “La CUT no tiene presentación en las pymes”, precisa el investigador, lo que puede explicar la incomprensión de la multisindical frente a la realidad de las empresas pequeñas.

Juan Pablo Swett, el líder de la Multigremial, pide que el Estado pague se deuda con las pequeñas empresas afectadas por el estallido y la pandemia, ya que “ha faltado apoyo en la eliminación de la burocracia, disponibilidad de emprendimientos, mayor protección para que el ciclo de vida de las pymes sea más extenso. Recién se está instaurando en Chile una cultura más profunda de emprendimiento, en donde las personas están migrando de un trabajo estable, hacia una versión más libertaria para materializar sus sueños”.

Una política pública que debe ser evaluada

Los gremios de las pymes miran de reojo lo que pasa en la Convención Constitucional. Llegado el momento de reflexionar sobre la institucionalidad que precisa el sector, los gremios coinciden en que les gustaría ver algún día que ella (el Congreso o la misma Convención) contemple una “Defensoría de las Pymes”, del mismo modo que el órgano encargado de redactar la propuesta constitucional reconozca a las pymes “como emprendimientos que no solo tienen injerencia en la generación de empleo, sino como unidades productivas de menor tamaño que son decisivas para el desarrollo económico del país”, plantea Roberto Rojas.

Pero hay un tema en el que las aguas vuelven a dividirse: los tratados de libre comercio (TLC), cuyos efectos en la economía bien deberían ser evaluados al igual como –sostienen los pymes– deben ser evaluadas todas las políticas públicas, por lo que en este ámbito no es tabú ni constituye motivo de escándalo lo propuesto por la siempre vilipendiada Comisión de Medio Ambiente de la Convención, en orden a realizar una auditoría de todos los tratados de libre comercio suscritos por Chile. ¿Quién ganó?, ¿quién perdió?, ¿cuánto ganaron y cuánto perdieron en cada caso?, ¿dónde se ubican los que ganaron y dónde los que perdieron? Para el mundo pyme, esta evaluación resulta necesaria para subsanar las externalidades más perniciosas y, desde luego, potenciar sus efectos más virtuosos.

La presidenta de Unapyme cree que los TLC fueron más bien perjudiciales para su sector, toda vez que la pyme “no exporta, y los tratados han afectado nuestras manufacturas. Antes uno veía las antiguas empresas familiares produciendo, y ahora, ¿qué fabricamos? Nada. Por eso los sueldos están así y la gente tiene rabia”, sostiene la dirigenta gremial. Este tramado de acuerdos comerciales también ha incidido –a su juicio– en la configuración de un panorama donde “1 millón 300 mil empresas accedemos al 10% del mercado y 14 mil grandes empresas se toman el 90% restante”, añade.

Juan Pablo Swett, en tanto, tiene una idea completamente distinta, revelando otra diferencia de percepción clave sobre el futuro del país: “Toda apertura en un mundo globalizado y tecnologizado es positiva para las mipymes, especialmente en tiempos de pandemia. Hasta hace unos años era impensado que emprendedores pudieran optar a mercados en Latinoamérica y en Asia. No obstante, creemos que falta un incentivo de parte del Estado, para darles escalabilidad e internacionalizar las empresas, para proyectar más allá de nuestras fronteras a las pymes y que puedan posicionarse como representantes de Chile en todo el mundo”.

En contraste, desde Conupia, Roberto Rojas afirma que las “pymes no se han beneficiado para nada con los TLC. Las que ganan aquí son las grandes empresas. De hecho, no más del 2% de las pymes logra exportar productos. Acá nuestra mirada es que necesitamos desarrollar un comercio exterior en favor de las pymes, vinculado al intercambio con los países limítrofes. Debemos equilibrar esta política comercial, ya que no se puede solo legislar en favor de las grandes empresas, priorizando destinos que están fuera del alcance de pequeños y medianos empresarios”, señala.

Pese a todas las gestiones realizadas en tal sentido, la Confederación Nacional de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa de Chile (Conapyme) y la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech) se restaron de participar en esta nota.

 

 

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