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Ultraderecha, estallido y el “Guatón Mutema”: candidatos oficialistas abordaron crisis de confianza PAÍS Foto: AgenciaUNO

Ultraderecha, estallido y el “Guatón Mutema”: candidatos oficialistas abordaron crisis de confianza

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Desde la amenaza del avance autoritario hasta la percepción de que el narco ofrece más seguridad que el Estado, en el foro Retos y Riesgos de la Democracia, Mulet, Winter, Tohá y Jara advirtieron por la desconexión de la política. Algunos se acordaron del estallido y otros llamaron a la autocrítica.


En su primer debate universitario y regional como candidatos del oficialismo a las primarias, Jaime Mulet (FRVS), Gonzalo Winter (FA), Carolina Tohá (PPD) y Jeannette Jara (PC) se enfrentaron a una de las preguntas más complejas de la actualidad política: ¿cómo recuperar la confianza de la ciudadanía en los partidos políticos, en crisis según las encuestas?

Los cuatro participaron desde el mediodía —aunque Tohá y Jara llegaron con un leve retraso— en el foro “Retos y riesgos de la democracia”, organizado por el Centro de Estudios para la Gestión Pública (CEGEP) de la Universidad de Valparaíso y transmitido por El Mostrador.

Sus respuestas, lejos de ser unánimes, trazan un diagnóstico crudo y un abanico de propuestas que van desde la descentralización radical hasta la necesidad de reconstruir la ética pública, pasando por un fuerte llamado de alerta frente al avance del autoritarismo y la ultraderecha.

Mulet: “Estamos en una cornisa”

El primero en intervenir fue el diputado y carta presidencial de la Federación Regionalista Verde Social (FRVS), Jaime Mulet, quien fue categórico en advertir que la democracia está siendo erosionada por dentro y desde afuera. “Estamos perdiendo un avance civilizatorio. Las debilidades de la democracia han hecho avanzar a autócratas”, señaló, apuntando a ejemplos como Trump, Milei y Orbán.

Para Mulet, los problemas estructurales de la democracia no se entienden sin considerar fenómenos globales como el cambio climático —que, dice, transforma incluso los flujos migratorios internos—, la pandemia y la excesiva centralización del poder en Santiago. “No hemos sido capaces de enfrentar esto con claridad (…). Si no distribuimos el poder a las regiones, si no acercamos la política a la ciudadanía, aparecerán más figuras autócratas, incluso aquí, como Kaiser o Matthei”, advirtió.

Su propuesta apunta a una “profundización radical de la democracia”, que incluya soberanía alimentaria, energética y, sobre todo, territorial: “No se trata de eliminar ministerios, sino de distribuirlos”.

Winter: “Sentir que el Guatón Mutema otorga mayor seguridad que el Estado”

De pie, el diputado y presidenciable del Frente Amplio, Gonzalo Winter, puso el dedo en una de las llagas más dolorosas del sistema: la desconexión entre el voto y los efectos reales en la vida de las personas. “¿Por qué lo más deslegitimado es el voto, que es el símbolo de la democracia?”, preguntó, con tono crítico.

Para el diputado frenteamplista, la democracia ha sido vaciada de contenido porque las decisiones clave —desde las pensiones hasta la planificación urbana— las toma el mercado. “¿Quién decide dónde se invierten los fondos de pensiones? lo decide las AFP. ¿Quien decide dónde y cómo se construye la ciudad en Chile? Lo deciden las inmobiliarias”. Entonces, ante la ausencia del Estado, a su juicio, tenemos algo peligroso, “que la sociedad tiene cierta razón cuando cree que la democracia no le entrega soluciones”.

A esto se suma que “el peligro es que el hijo del que luchó por la democracia pueda sentir con razón que el Guatón Mutema (el narco) le otorga mayor seguridad y prosperidad que el Estado de Chile”. En ese sentido, Winter apuntó a la crisis de legitimidad institucional, recordando que el Congreso, los tribunales y el Ministerio Público tienen niveles bajísimos de confianza.

En este punto del debate, Winter fue el primero en abordar las manifestaciones de octubre de 2019. “Yo sé que ahora está prohibido hablar del estallido social, pero ocurrió, cuando había una sensación de injusticia que pudo haber sido canalizada a través de instituciones, si hubiesen proyectado confianza”.

El diputado recordó que en ese momento “había cuatro excomandantes del Ejercito procesados por la justicia, el Presidente estaba siendo investigado por caso Exalmar, el Congreso estaba saliendo del caso Corpesca, la ciudadanía observaba cómo el Congreso legislaba en favor de sus financistas y en contra de las necesidades del pueblo, y cómo Carabineros venía saliendo del denominado Pacogate, el caso Catrillanca, y el caso Huracán”.

Tohá: “No podemos defender un mal Estado”

Carolina Tohá, exministra del Interior y figura clave del oficialismo, insistió en que la ultraderecha ya no necesita golpes de Estado para avanzar. “Hemos visto nuevas formas de deslegitimar democracia, gente que llega al poder democráticamente y una vez ahí ocupa elementos de la democracia para debilitarla, de izquierda y derecha”, declaró.

“Si no tomamos en serio el alejamiento de la gente con la política, Chile puede caer en ese escenario”, advirtió. La receta para evitarlo, dijo, parte por asumir responsabilidades. “Hay que ser autocríticos, porque lo que se está cuestionado es lo que nosotros hacemos. Dar explicaciones simples o siempre señalar con el dedo y no entender que hemos sido parte del problema, que no hemos ayudado a achicar esta brecha, nos acerca a esos escenarios. Hay que asumir que hemos perdido la confianza de la gente y la confianza se gana”.

Tohá fue enfática en que quienes defienden el rol del Estado no pueden ser cómplices de su mal funcionamiento. “No podemos defender un mal Estado. No podemos ser cómplices de un mal Estado. No podemos tener personas ahí porque son cercanas. No se pueden pelotear papeles por años entre oficinas estatales”. Estos problemas, según la militante del PPD y apoyada por el PS, el PR y el PL, “los progresistas tenemos que resolver aunque implique tener conflictos o tendremos la ultraderecha a las puertas de La Moneda”.

Jara: “El autoritarismo a algunos les resulta fácil”

La exministra del Trabajo Jeannette Jara apuntó al desgaste del lenguaje político y a la distancia entre las promesas electorales y la capacidad real de cumplirlas, especialmente las de la derecha. “Me ha asombrado mucho que se hacen propuestas que son bien contradictorias entre sí, por parte de un mismo candidato, y que al otro lado me pregunto si la ciudadanía cree que de verdad van a cumplir”.

La militante comunista y apoyada por AH, se refirió a propuestas como “vamos a bajar todos los impuestos, pero a la vez vamos tener más plata para darle subsidio habitacional a tres millones de personas, pero a la vez vamos a disminuir la deuda publica”.

Desde su experiencia en la reforma previsional y la ley de 40 horas, Jara defendió que los cambios reales requieren acuerdos amplios y responsabilidad. En caso contrario, dijo, “a la vuelta de la esquina las personas se desafectan de la política”. En esa línea, manifestó que “el autoritarismo a algunos les resulta fácil, porque el mensaje es claro: mano dura para todos, pero ¿qué significa eso? Algunos dicen que la población civil tenga armas, otros dicen que pongamos dinamita en las fronteras”. Por eso, “hay que tener cuidado y detener el avance de la ultraderecha”, cerró.

Jara también abordó el estallido: “Si la política no se hace cargo de los problemas reales de la ciudadanía, esta desafección va a ser cada vez más grave y el estallido mostró que este tema es mas profundo de lo que algunos creen”. Además, insistió en la necesidad de combatir la corrupción y regular la concentración mediática, como se hace en otros países. “Si no controlamos eso, seguirán decidiendo unos pocos lo que el país ve y piensa”.

El dilema democrático del oficialismo

Más allá de sus matices, todos los candidatos coincidieron en un punto: la desafección política no es un fenómeno superficial, sino estructural, y puede abrir las puertas al autoritarismo. La democracia chilena, dijeron, no se cae sola; se cae si sus defensores no la reforman desde adentro.

La autocrítica, la redistribución del poder, la ética pública y la sinceridad política aparecen como claves urgentes para evitar que la crisis de confianza termine siendo una crisis del sistema mismo.

La pregunta ahora es si alguno de ellos —y sus coaliciones— será capaz de traducir este diagnóstico en una propuesta propuesta política que realmente conecte con los votantes del oficialismo. En el debate de hoy, también abordaron otros dos temas clave: el financiamiento de la educación superior y la caída de la tasa de natalidad.

Los cuatro se medirán en las urnas, en las primarias del próximo 29 de junio. En la instancia, se definirá al candidato de todo el oficialismo para las elecciones presidenciales de noviembre.

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