Fue el ministro de Economía, Pablo Longueira, quien recordó el episodio registrado a principios de la década de 1990, cuando el fundador del gremialismo, Jaime Guzmán, se mostró dispuesto a dar su respaldo al entonces presidente del Senado en as presidenciales de 1993.
El ministro de Economía, el gremialista Pablo Longueira, se mostró bastante conmovido mientras seguía la misa que se le realizó el viernes en la Catedral Metropolitana al ex canciller y ex presidente del Senado, uno de los más importantes representantes de la Democracia Cristiana, Gabriel Valdés Subercaseaux.
A la salida del oficio fúnebre no escatimó elogios hacia un político que “tenía talento para tantas otras cosas y se dedicó a servir al país”, por lo que aseguró que “se va un grande de la política chilena”.
Pero como el ministro tenía ganas de conversar, como pocas veces le ocurre, entre pregunta y pregunta de la prensa se animó a contra la anécdota acerca de una oportunidad en que su, entonces pequeño, partido había tomado la decisión de apoyar a Valdés en la presidencial del año 1993 si él se presentaba como candidato.
Para comunicarle esta noticia Jaime Guzmán Errázuriz lo invitó a comer a su casa, donde Valdés se encontró con otros próceres del gremialismo, entre ellos Pablo Longueira. Sólo un par de años antes el fundador de la UDI también había convencido a sus correligionarios de apoyarlo para que llegara a ocupar la presidencia de la Cámara Alta. Tras ese acercamiento, Guzmán –recordó Longueira- había decidido llevan a su partido hacía una jugada aún más osada: Apoyar a Gabriel Valdés Subercaseaux en una aventura presidencial, algo que él habría agradecido caballerosamente, pero que nunca se llegó a concretar.
