La figura que se comenta ampliamente, tanto en círculos de influencia del Gobierno como del Parlamento, es que Gajardo “fue la moneda de cambio” para nombrar a Abbott. Según estas fuentes, la molestia en la UDI por la forma en que ha conducido la causa, encontró “eco” al interior de su propia institución, al punto que existiría consenso en torno a que la investigación debiera ser continuada por otro fiscal.
En la entrevista que concedió al diario El Centro de Talca el jefe de la Fiscalía de Alta Complejidad de la zona Metropolitana Oriente, Carlos Gajardo, reveló la existencia de gestiones para sacarlo del caso Penta -la matriz de las investigaciones por platas políticas- por la molestia que causarían sus procedimientos en el entorno del “poder”, que Gajardo relaciona con el empresariado y el mundo político. «Es evidente que hay gente a la que se le ha hecho muy desagradable mi persona”, sostuvo en la entrevista.
La “incomodidad”, según altas fuentes de la Fiscalía, no provendría solamente de esos círculos de poder, sino que también del propio Ministerio Público. El perfil mediático de Gajardo junto con su “falta de prudencia” ha generado “desconfianza” respecto de la necesaria reserva de las causas que se investigan.
Estos “recelos” habrían tenido un importante protagonismo en el “lobby” que habría realizado Sabas Chahuán con senadores para obtener los votos y ratificar la nominación de Jorge Abbott como Fiscal Nacional. Lo que finalmente ocurrió el miércoles pasado, con amplios votos a favor y solo dos abstenciones.
La figura que se comenta ampliamente, tanto en círculos de influencia del Gobierno como del Parlamento, es que Gajardo “fue la moneda de cambio” para nombrar a Abbott. Según estas fuentes, la molestia en la UDI por la forma en que ha conducido la causa, encontró “eco” al interior de su propia institución, al punto que existiría consenso en torno a que la investigación debiera ser continuada por otro fiscal.
Personas cercanas a Gajardo aseguran que él “está plenamente consciente” de que, para seguir a la cabeza de la causa, la opción más segura es que sea elegido como próximo Fiscal Regional Metropolitano Oriente. Para eso debe quedar en la terna que elaborarán en las próximas semanas y conjuntamente las Cortes de Apelaciones de Santiago y San Miguel.
Este escenario, sin embargo, no es menos complejo para el fiscal del caso Penta, ya que su nombre no sería del agrado de Sabas Chahuán, quien por cálculos matemáticos alcanzaría justo a realizar los nombramientos de las Fiscalías Oriente y Occidente antes del 1 de diciembre, fecha en que expira su período de 8 años a la cabeza de la institución.
Quien sacaría cuentas alegres con esta situación, adelantan fuentes de la Fiscalía Nacional, sería el fiscal de Iquique, Manuel Guerra, quien se presenta ante los ministros de Apelaciones como “el candidato” de Chahuán para el cargo.
Pero Guerra también genera “resquemores” internos porque su elección instalaría nuevamente la “silla musical”, que es la forma en que coloquialmente se conoce a la posibilidad de que un fiscal regional pueda “repetirse el plato” en otra zona. Estas oposiciones se reforzaron luego que hoy lunes “coincidiera” su intención de postulación con el sobreseimiento de la causa por filtraciones en la que se investigaba a Alberto Ayala, como Fiscal Regional Oriente, por supuestamente haber entregado información privilegiada al entorno del ex ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, cuando comenzó la arista SQM. No son pocos los que dicen que podrían existir “implicancias” o un interés particular de Guerra de sobreseer rápido a Ayala para poder postular al cargo.
