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La última complicidad entre Ana Lya y Michelle

La última complicidad entre Ana Lya y Michelle

Va mucho más allá del ámbito político y toca incluso asuntos personales.


Mucho se ha escrito en el último año sobre la influencia y cercanía que tiene la jefa de gabinete de la Presidenta, Ana Lya Uriarte. Es que la abogada socialista no solo cumple las funciones que determina su cargo, sino que abarca un sinfín de tareas, desde el trato con diversos ministros hasta ser una suerte de “orejera” de la Mandataria, como fue el caso en el cambio de gabinete de mayo del 2015, donde fue una de las pocas personas con las que Michelle Bachelet evaluó nombres y diseñó el nuevo puzle de su comité político.

El hecho de pertenecer al remozado círculo de hierro de la Presidenta Bachelet no ha pasado inadvertido para nadie en el oficialismo. Ella es muchas veces el canal de varios dirigentes de la Nueva Mayoría para llegar a la Mandataria, un poder que ya ha sacado varias ronchas, incluso en el seno de La Moneda.

En silencio desde distintos ministerios critican que se tome “más atribuciones” de las que le compete a su cargo, al punto que en los últimos meses se ha escuchado en Palacio cuestionar que actúe casi como una ministra más. Conocida es la tensión que, por lo mismo, mantiene con el ministro del Interior, Jorge Burgos, quien desde el conflictivo viaje a La Araucanía de la Presidenta a fines de diciembre, no habla con Uriarte, sino que se entiende directamente con Bachelet.

A pesar de las críticas, la complicidad de Uriarte con Bachelet va mucho más allá del ámbito político y toca incluso asuntos personales. Ya se sabe que la abogada fue clave el 2015 para acompañar emocionalmente a la Mandataria en los difíciles meses después que estalló el Caso Caval, como también que al final de cada jornada hay una instancia donde ambas se sientan, junto a frutas, palta y jugos, a analizar y comentar los hechos del día.

A la lista se suma algo más. Desde un tiempo a esta parte los lunes ambas cumplen juntas una tarea: se pesan en La Moneda,  para ver in situ los progresos de la dieta que la Presidenta y la abogada desarrollan en conjunto.

Efectivamente la Presidenta Bachelet ha perdido peso, es notorio al verla, como también la jefa de gabinete y cuando se lo han hecho notar a Uriarte en estos días ella responde –afirman en el gobierno–, que está feliz, que la dieta está funcionando y que la está haciendo junto a la Presidenta Bachelet, comentando a algunos detalles del día en que asisten a pesarse.

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