El Presidente de la República ha apuntado en reiteradas ocasiones, durante sus discursos, a las áreas del Gobierno en las que es posible reducir los costos. Ahora, en su reciente gira por Europa, ¿habrá practicado lo que predica?
Sebastián Piñera anda de viaje en viaje. Dos giras presidenciales, una que termina hoy, y la anterior de la ONU, lo han mantenido viajando. Y precisamente en su periplo por Nueva York, antes de abordar la nueva visita de Estado a Europa, el Presidente de la República dejó de manifiesto que los tiempos no están para derrochar.
Esto, pues entre algunos cercanos al Mandatario se comentó que, una vez que llegó a la cosmopolita ciudad, una de las propuestas de la unidad de protocolo de Presidencia fue realizar una cena con algunos representantes del círculo empresarial y social de la ciudad. El menú propuesto: una moderna barra de sushi y whisky de 50 años.
Pero Piñera dio la instrucción de que ninguna comida fastuosa era necesaria. Para qué gastar, dijo, y optó por salir a comer con su esposa, la Primera Dama, Cecilia Morel, en plan privado. De paso, comentó, los tiempos no están para gastar en bebidas caras y, además, no le gusta el sushi.
