Ya han surgido las primeras discusiones con respecto al uso adecuado de este nuevo medio de electromovilidad, donde muchos argumentan que el riesgo de transitar por las calles crece para el peatón y también para el usuario de esta tecnología.
De a poco se toman las calles. Ya ahora los scooters eléctricos han entrado de lleno al debate sobre la legislación de convivencia vial. Esto, luego de protagonizar situaciones en que sus usuarios se han visto afectados, quienes han sufrido caídas e incluso han puesto en peligro la integridad de los peatones.
Llegaron en octubre pasado principalmente a comunas del sector oriente. Las Condes puso a disposición del público 150 scooters eléctricos. Hoy, el número de monopatines ha aumentado.
Si no los conoce, le contamos que estos alcanzan una velocidad máxima de 25 kilómetros por hora y tienen una autonomía de hasta 30 kilómetros, dependiendo de factores como el peso del usuario o la pendiente. Y su uso está encendiendo el debate.
Recordemos que en agosto de este año, en España, una anciana de 92 años falleció tras ser atropellada por un scooter eléctrico conducido por dos jóvenes. La mujer se convirtió en la primera víctima mortal embestida por este tipo de vehículos de la que se tiene constancia.
Volviendo a suelo nacional. Según la nueva Ley de Convivencia Vial, los scooters eléctricos son considerados como ciclos. Por lo que deben circular por ciclovías certificadas y en el caso de que no existan, pueden transitar por la calle, salvo que circular por ahí se «vea imposibilitado».
En caso de hacerlo por la vereda, entonces debe efectuarlo «a velocidad del peatón y si el flujo peatonal es muy alto deberá descender del ciclo».
Debido a esto, la responsabilidad individual del usuario junto con la Ley de Convivencia Vial jugarán un rol fundamental para que este nuevo medio de transporte no se transforme en un riesgo, porque está más que claro que la electromovilidad y sus innovaciones llegaron para quedarse.
El debate se ha llevado esta semana en redes sociales y diarios, donde mediante tuits y cartas se ha debatido agitadamente entre usuarios, representantes de las empresas y peatones que se sienten afectados por el desconocimiento que hay respecto a por dónde deben circular estos monopatines.
