La ministra de Medio Ambiente esta desaparecida en acción. Con ausencia sostenida en el marco de la crisis sanitaria, en los últimos días Carolina Schmidt ha tenido un par de fugaces apariciones con motivo del avance de la ley que prohibe los plásticos de un solo uso en el delivery, y en materia de reactivación económica en el marco de la pandemia. Su poco protagonismo público va de la mano del silencio del Gobierno en torno al Acuerdo de Escazú. El dilema es si Chile va a mantener su posición de restarse de la instancia de coordinación internacional , o si por el contrario decide sumarse a este acuerdo considerado como clave en la lucha contra el cambio climático. Quedan 70 días.
La ministra Carolina Schmidt está desaparecida en acción. Tras terminar un año 2019 para olvido luego que la gestión de Chile en la COP 25 terminara en un total fracaso, la última vez que se le vio en un rol protagónico a la ministra de Medio Ambiente fue en el marco de la interpelación en su contra precisamente por el «papelón» en la cita mundial, que debido al estallido social en Chile, tuvo que trasladar su sede de Santiago a Madrid.
De ahí en adelante, la presencia de la ministra durante todo este periodo de emergencia sanitaria se ha diluido prácticamente a la invisibilidad, siendo, sin embargo, el tema medioambiental un factor determinante en la transmisión de enfermedades zoonóticas como el virus SARS-CoV2.
Mientras el calentamiento global que aumenta cada día, y el problema del cambio climático empieza a tornarse irreversible, la ministra ha estado completamente ausente en el debate para frenar una crisis que no se ha estancado por el coronavirus, sino muy por el contrario, se ha recrudecido afectando la biodiversidad del planeta.
En los últimos días, Carolina Schmidt ha tenido un par de fugaces apariciones con motivo del avance de la ley que prohibe los plásticos de un solo uso en el delivery, y en materia de reactivación económica en el marco de la pandemia. Su poco protagonismo público va de la mano del silencio del Gobierno en torno al Acuerdo de Escazú. El dilema es si Chile va a mantener su posición de restarse de la instancia de coordinación internacional , o si por el contrario decide sumarse a este acuerdo considerado como clave en la lucha contra el cambio climático. Quedan 70 días.
