Crédito: Google Maps
Luego del incidente del pasado martes, comenzaron a revelarse antecedentes del hecho, como que la propia ministra del Interior, Izkia Siches, hizo caso omiso a las recomendaciones de Carabineros, respecto a que la zona era peligrosa. Por lo mismo, además de poner en tela de juicio la preparación y la «improvisación» del viaje, también se abre el debate sobre el nivel de la información de inteligencia con que cuentan las autoridades políticas del país, la que por ley debe ser provista por la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI). El problema es que, en la actualidad, la misma ANI no cuenta con director(a).
La primera visita a La Araucanía de la ministra del Interior, Izkia Siches, no fue como ella ni el resto de su comitiva esperaban. Al intentar ingresar a la localidad de Temucuicui, en la comuna de Ercilla, fueron recibidos con disparos al aire que los obligaron a retirarse.
Luego del incidente, comenzaron a revelarse antecedentes del hecho, como que la propia Siches hizo caso omiso a las recomendaciones de Carabineros, respecto a que la zona era peligrosa. Por lo mismo, además de poner en tela de juicio la preparación y la «improvisación» del viaje, también se abre el debate sobre el nivel de la información de inteligencia con que cuentan las autoridades políticas del país, la que por ley debe ser provista por la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI).
Lo que también es peligroso es que la misma ANI, en este momento, está descabezada. Tras asumir el Gobierno del Presidente Gabriel Boric, este aún no nombra al sucesor del exmarino Gustavo Jordán, quien asumió el 15 de noviembre de 2019 tras la renuncia de Luis Masferrer, que dejó el cargo en medio de reproches por la gestión de la ANI durante el estallido social.
En el programa de Gabriel Boric, se encontraban tres referencias a la ANI: una en el marco de los esfuerzos que realizará la administración Boric para modernizar el Estado y dos sobre la importancia que le da al tema a la hora de hablar de seguridad.
Por ejemplo, se señala que «urge despejar las labores políticas de Interior, pero también concentrar la organización y gestión del sistema de seguridad en una cartera técnica que pueda garantizar el control del orden público, recibir información de inteligencia y supervisar el camino de la seguridad desde la prevención hasta la reinserción». «Por ello, y como corrección de la utilización política de la gestión del delito, proponemos la creación del Ministerio de Seguridad, Protección Civil y Convivencia Ciudadana. Serán dependientes de este Ministerio las policías, Agencia Nacional de Inteligencia, Sistema Nacional de Emergencia y Protección Civil, Programas de Prevención del delito, SENDA», enfatiza.
En otro punto, el programa establece «la actualización del sistema de inteligencia del Estado con una nueva arquitectura que permita la integración real de las distintas agencias y unidades de inteligencia bajo el mando y control de una agencia civil con capacidades operativas autónomas».
Finalmente, se indica que se busca «el mejoramiento de las capacidades de la Unidad de Análisis Financiero, integrándola como uno de los actores claves del Sistema de Inteligencia del Estado para perseguir el lavado de activos y cortar el flujo económico del crimen organizado».
