Sustentabilidad
Locales disponen de detergente, suavizante, lavaloza y limpia pisos para que se recarguen en recipientes que lleven los usuarios. En los últimos ocho meses el emprendimiento ha ayudado a ahorrar 12 toneladas de plásticos y 5 toneladas de CO2.
Desde hace un tiempo para acá se ha formado cierta tendencia que en el pequeño comercio las semillas, cereales, frutos secos, condimentos, entre otros productos, se vendan a granel. Pero, ¿y si en vez de estos se comercializan detergentes en el mismo formato? Esto es precisamente lo que se propuso EcoCarga.
Este emprendimiento vende “a granel” cuatro productos de limpieza: detergente, suavizante, lavaloza, y limpia pisos. ¿Y cómo funciona? Los usuarios se dirigen al local con un envase propio y piden la recarga correspondiente.
La reducción en la huella plástica es esclarecedora. En los últimos ocho meses el emprendimiento ha ahorrado 12 toneladas de plásticos y 5 toneladas de CO2.
En un principio las personas se acercaban al local con todo tipo de recipientes plásticos. Pero esto cambió. “Pasamos a tener un envase propio para asegurarnos que las personas estaban usando los envases correctos, porque a veces teníamos envases de bebida, pero también podía ser otro tipo de producto, y la combinación cruzada que se podía generar no era buena”, menciona la gerente de marketing, Carolina Carrera, a El Mostrador.
La gracia del recipiente de EcoCarga es que tiene adherido un código QR que se enlaza con los datos del usuario. A partir de este código se puede cuantificar el número de recargas que hace una persona y verificar el “ahorro plástico” que ha hecho. “Sabemos que un consumidor en un año ahorra 35 envases plásticos en promedio”, explica Carrera.
“Adopta tu envase” le dicen a los incipientes usuarios del emprendimiento. “Tu cuando adoptas algo es que le tomas cariño, que lo tomas, es que te encargas en el fondo de darle el mejor uso. Ese proceso de educación es el que hemos generado”, indica la gerente de marketing.
EcoCarga nace el 2017, en la región de Valparaíso. “Surgió de la problemática sobre los precios de los productos de aseo”, señala Carrera. En junio de ese mismo año también entró en vigencia la Ley REP, lo que, según Carolina, trajo un cuestionamiento a las industrias del aseo sobre la larga huella de plástico que dejaban a su paso. Esa dicotomía de precio-sustentabilidad moldeó la base del proyecto.
Los impulsores del emprendimiento comenzaron a ahondar en la estructura de costos de los productos de aseo. En ese proceso se dieron cuenta que, aproximadamente, el 50% del valor de aquellos productos se iba en transporte, envasado y etiquetado.
“Entonces dijimos, bueno, ese valor nosotros se lo podríamos dar directamente al consumidor de manera de que el consumidor pueda obtener un producto a un precio muy competitivo y a la vez le estamos ayudando que utilice cada vez menos plástico”, arguye Carolina.
Luego fue cuando abrieron su primer local, en Viña del Mar. A medida que aumentaban sus usuarios, expandían sus tiendas, acumulando en la actualidad nueve puntos de carga, todos ubicados en la región de Valparaíso. En noviembre esperan aterrizar en Santiago con cuatro sucursales, que se encontrarán en los cuatro puntos cardinales de la capital.
Los productos que prescinden del plástico, o que le dan una vuelta de tuerca a su uso para dirigirlo a un valor sustentable, están forjando un nicho cada vez más expansivo dentro del mercado nacional e internacional.
En utensilios de uso cotidiano abundan alternativas sustentables. Está, por ejemplo, el champú sólido, que no está envasado con plástico como el convencional. También está el cepillo de bambú que, al igual que el producto anterior, prescinde del plástico.
Ciertos emprendimientos nacionales también van despuntando progresivamente. Uno de ellos es “Atando Cabos”, que fue galardonado en los Premios Latinoamérica Verde 2019. La iniciativa busca reciclar los residuos plásticos (cabos marinos, redes y boyas) que dejan la industria salmonera en las costas del sur del país. Una vez reciclados, los convierten en pellet y se reintegran al comercio.
