Publicidad
“Primeras Naciones” y “Disidencias”, el sello político del Ficvaldivia que apunta a la reflexión y a la movilización social Inéditas muestras fueron las visiones “políticas” en esta 21º versión del festival

“Primeras Naciones” y “Disidencias”, el sello político del Ficvaldivia que apunta a la reflexión y a la movilización social

Ambos ciclos, constituyeron las propuestas de una cinematografía crítica de la realidad iberoamericana, unas que enfocan sus lentes en rincones ocultos y marginales de nuestras sociedades. Una categoría, incluyó once películas provenientes del mundo indígena mapuche-chileno y extranjero, las que reunidas bajo un criterio estético común, buscaban retratar las identidades culturales de sus naciones. La segunda exhibición, se centraba en los conflictos laborales y las irregulares relaciones sociales que estos vínculos generan, en las capitales hispano parlantes. Hablan sus respectivos programadores: Francisco Huichaqueo y Raúl Camargo.


Francisco Huichaqueo (Valdivia, 1977) es una voz más que autorizada para hablar del séptimo arte que se gesta al interior de las comunidades mapuches. Considerado por los estudiosos, el segundo cineasta oriundo del Wallmapu -después de José Ancán, el autor del largometraje documental Regreso a la tierra (1994)-, este joven licenciado en Artes de la Universidad de Chile, acaba de exhibir la totalidad de su filmografía, durante los lunes del pasado mes de julio, en la sala Radicales de Santiago: “Lo clandestino del paisaje, el cine de Francisco Huichaqueo”, se tituló la revisión de su obra audiovisual.

Por estos días, y en el contexto de la 21º versión del Ficvaldivia, la agenda del realizador no se ha detenido entre charlas, coloquios, y el papel central que ocupa en la la proyección de las películas, que conforman la muestra “Primeras Naciones”. Este ciclo, una coyuntura inédita al interior del circuito de los festivales de cine que se realizan en Chile, y si es dentro de la competencia más importante, como el evento que se desarrolla durante estos días en el sur, su relevancia adquiere todavía una mayor notoriedad.

Ilwen, filme de Francisco Huichaqueo

Ilwen, filme de Francisco Huichaqueo

[cita]“Yo soy militante mapuche –se transparenta el cineasta-, y creo que Chile niega y está infectado de vergüenza por la identidad indígena que tiene, mi causa es la causa de la nación mapuche, y es importante de que en esta región, ahora exista una actividad de esta naturaleza. Uno se preguntaba antes, porque no la había…, esa es la consulta que debemos hacernos”, razona Francisco Huichaqueo [/cita]

En relación al origen de la idea, y que dio el primer latido a la presente instancia, Huichaqueo señala que “el proyecto ‘Primeras Naciones’ nace en 2013 por una invitación que me hizo Raúl Camargo (el director de Ficvaldivia), debido a que trabajamos y hacemos clases en el mismo lugar (el Instituto Arcos) en Santiago. De esa manera, el año pasado hicimos una retrospectiva mía, y luego de un fracaso de financiamiento que tuvimos, nació la oportunidad de traer este plan artístico y cultural a los márgenes de este histórico festival. Yo soy artista visual y realizo montajes utilizando el cine”, complementa.

“Con esta propuesta curatorial –prosigue el artista- se concretó una inquietud que también involucra a directores indígenas de México, Brasil, Rapa Nuí, Canadá, Bolivia y a cuatro autores mapuches jóvenes. En total, se trató de once películas, que se exhibieron en cuatro locales, donde seleccionamos títulos bien variados y diversos”, explica Huichaqueo a El Mostrador Cultura+Ciudad.

Acerca de las motivaciones que lo impulsaron a unir fuerzas con la organización del Ficvaldivia para crear “Primeras Naciones”, y en torno al significado de por qué bautizaron con ese título a la actividad, dice:

“Mi procedencia, sin duda, me motiva a trabajar en este tema, la cual es una inquietud que tengo con muchos otros de mis pares, de volver a nuestra tierra, de retornar a nuestros orígenes. La intención es crear una imagen del mundo mapuche a través de sus raíces, pero con el lenguaje del cine, si Lautaro ocupó el caballo, y fue el primer bilingüista, ahora, nosotros, utilizamos la cámara. Esta es una curatoría y también es un trabajo social, que me interesa que se haga especialmente en esta ciudad, inserta en pleno corazón del Wallmapu. ¿Por qué titulamos así esta instancia? Este es un cine de emergencia, una cinematografía indígena de primeras naciones, porque son cintas que provienen de los pueblos originales que ocupan el territorio del mundo, pues existen aborígenes en cada zona y en cada provincia del planeta…”, opina Huichaqueo.

“Yo soy militante mapuche –se transparenta el cineasta-, y creo que Chile niega y está infectado de vergüenza por la identidad indígena que tiene, mi causa es la causa de la nación mapuche, y es importante de que en esta región, ahora exista una actividad de esta naturaleza. Uno se preguntaba antes, porque no la había…, esa es la consulta que debemos hacernos”, razona el cineasta.

En torno a la calidad estética del séptimo arte mapuche acá presente, Huichaqueo cree, que “de trabajos cinematográficamente propiamente tales, tenemos pocas películas, la primera es Regreso a la tierra, después salgo yo, y ahora vienen estos cuatro chicos, que recién estamos formando. O sea, que tenemos poca materia prima. Al revés de los mexicanos, por ejemplo, que cuentan con becas, más tiempo y unas facilidades increíbles. Mientras que nosotros, nos encontramos recién comenzando, porque entre otras cosas, hablar de estos temas, en este país, es muy difícil…, mira solamente lo que pasa en la Araucanía…”, concluye el artista visual.

“Primeras Naciones” se inauguró el miércoles pasado, y fue auspiciado por la Fundación Imagen de Chile. Para el equipo de programación del festival, lo interesante de esta selección es que se fundamenta en cine indígena creado por integrantes de diferentes comunidades autóctonas del mundo entero. “Son ellos, y no otros, los encargados de compartir sus propias cosmovisiones”, analiza Raúl Camargo, director del Ficavaldivia.

“Esta instancia se enmarca estratégicamente en una línea de trabajo que estamos realizando para reflexionar sobre el tratamiento de los pueblos originarios en la comunicación de nuestra identidad”, pronuncia, por su parte, Myriam Gómez, directora ejecutiva de la Fundación Imagen de Chile. “Ahondar en este aspecto es fundamental, si queremos proyectar, de manera adecuada y responsable, un Chile diverso, rico en tradiciones y con una valiosa herencia cultural”, reafirma.

En el lanzamiento de “Primeras Naciones”, estuvieron presentes el chileno exiliado en Canadá, Jorge Manzano, director de la película Los pueblos indígenas y VIH (2014); Waitiare Kaltenegger Icka (cineasta hija de un ciudadano austriaco y de una mujer nativa de la Isla de Pascua), autora de Uho Te Uka (Rapa Nui, 2013); Dolores Arias, de Bankilal (México, 2014), y Hatuey Viveros, también una artista azteca, realizadora de Café (Cantos de humo) (2014). Ellos integraron el panel conversatorio junto a Elvira Chadwick, directora de Estudios de la Fundación Imagen de Chile, Miguel Laborde, escritor y miembro del directorio de esa entidad, José Ancán, encargado de la Unidad de Pueblos Originarios del CNCA, y Francisco Huichaqueo, programador de la selección.

Disidencias: la marginalidad del trabajador iberoamericano

ReMine

ReMine

Esta una muestra paralela integrada por cuatro cintas que entregaron una visión contingente sobre los procesos actuales de los países latinoamericanos, generando, de acuerdo a sus organizadores una reflexión acerca de los vínculos sociales, políticos y económicos que se construyen en Sudamérica.

Respondiendo a la pregunta, de si el cine de cuestionamiento político, se encuentra en deuda en la grilla programática de los festivales de chilenos y de esta parte del mundo, Raúl Camargo, quien aparte de ser el director de Ficvaldivia, seleccionó los filmes participantes de esta muestra, observa lo siguiente:

“Aquí no sólo tenemos películas políticas en ‘Disidencias’, sino que en todas las líneas de nuestro evento, porque este tiene un sello que lo caracteriza, y que tiende a promover la reflexión y la movilización social”, piensa el cineasta formado en la Universidad Arcis.

“Lo político –sigue Camargo- se refuerza con esta sección, que apuesta a las películas más contingentes, por cintas que cuestionan estas sociedades que estamos formando, y que persiguen retratar y detectar a quienes están quedando fuera de estas comunidades, básicamente. En ese sentido, se trata de un cine que se aboca a la marginalidad”, agrega.

“Ojalá no se llamara esta muestra ‘Disidencias’, y que las problemáticas sociales que muestran, estuviesen satisfactoriamente resueltas, pero como no es así, esta pequeña sección se preocupa de exhibir realidades que a la mayoría de nosotros se nos escapan, o que incluso estando frente a nuestros ojos, muchas veces no las queremos ver”, apunta Camargo.

Las películas elegidas, en esta oportunidad, fueron: ReMine, el último movimiento obrero, del director español Marco Martínez Merino (España, 2014); El palacio, del realizador canadiense Nicolás Pereda (México-Canadá, 2013); y Empaná de pino, del artista nacional Edwin Oyarce (Chile, 2008). Ésta última, es protagonizada por la célebre y recientemente fallecida transformista nacional, la “Hija de Perra”.

En esta versión de Ficvaldivia, destacó la presencia del realizador argentino Rodrigo Moreno (Buenos Aires, 1972), con su largometraje de ficción Reimon. Recordemos que este autor, con su filme El custodio (2006), ganó esa temporada el Premio Alfred Bauer del Festival de Berlín, destinado a la cinta, que según el jurado de cada año: “abra nuevas perspectivas en el campo del arte cinematográfico”.

Filmada de manera amateur, con escaso presupuesto y un equipo reducido de tres personas, Reimon es una película de observación que sigue los pasos de Ramona, una joven que se gana la vida como empleada doméstica y debe viajar todos los días cuatro horas y media para poder ir al trabajo y regresar a su casa.

La joven, que labura como empleada doméstica para gente que le da el sobrenombre de “Réimon”, se entrega a los viajes, la rutina de limpiar las viviendas de otros y la extraña relación que establece con sus patrones, personas de clase media y clase media alta.

“Creo que la película expone esa fricción entre la clase media y la clase baja, y muestra cómo elegí filmar a la clase obrera desde mi mirada de clase media”, dice Moreno. “Es una ficción y si bien hay algunos elementos relacionados con la vida real de la protagonista, no quería hacer una representación de su vida cotidiana, pero sí de los lugares donde trabaja y a partir de ahí indagar sobre el encuentro siempre complicado entre las clases sociales”, fundamenta el director.

Mientras Reimon limpia, tiende las camas o cocina, los dueños de uno de los departamentos donde trabaja (interpretados por Esteban Bigliardi y Cecilia Rainero) leen y discuten El Capital, de Karl Marx, en una suerte de irónica contradicción sobre la conciencia burguesa y la explotación laboral.

En relación a la inclusión del texto de Marx, Moreno señala que: “como es una película que habla sobre el trabajo correspondía que hubiera alguien que hablara en serio sobre eso. Los fragmentos que elegí son muy vigentes sobre el uso de nuestro tiempo en relación al trabajo y sobre cómo eso se puede convertir en explotación”, detalla.

Moreno recordó que en 2009, junto al fotógrafo Bruno Dubner (quien lee uno de los pasajes del texto en la película) hicieron juntos una performance en ArteBA (la feria de arte contemporáneo anual, que se celebra en la ciudad de Buenos Aires) y en la que, durante cinco días, el mismo número de locutores leyeron sin parar El Capital, en un hecho que el director define como “político y estético a la vez” y que se repite en esta cinta.

Publicidad

Tendencias