El académico y autor del libro “La pregunta por el régimen político”, sostiene que la propuesta de nueva Constitución establece un sistema político que tiene una columna vertebral sana, pero que «admite reformas importantes». «El sistema electoral y la regulación de los partidos son cosas que hay que abordar, lo que tenemos está fomentando la fragmentación. (…) Cualquier régimen político con 20 partidos tiene muchas dificultades», señala. El intelectual de derecha también se refiere a los escenarios posibles con posterioridad al plebiscito del 4 de septiembre, donde –a su juicio– es muy relevante «si hay o no en el mundo del Apruebo voluntad de introducir reformas». Asimismo, agrega que, en el caso de ganar el Rechazo, «si se plantea simplemente una reforma de la Constitución actual, eso nace muerto. (…) Yo creo que la Constitución vigente está definitivamente cancelada, no tiene opción». Finalmente, dice que «el problema de fondo, más allá del texto constitucional, es la desconfianza mutua que se ha instalado». «Mi sensación es que quienes están polarizando al país ahora, no es el pueblo, son las élites. En cambio, la gente común está buscando un mundo tranquilo, quieren que les solucionen el problema de la violencia, que haya derechos sociales efectivos, que las cosas funcionen». Y añade: «Lo que marca esta Constitución es un esfuerzo por expresar los movimientos de capas tectónicas que se están produciendo en el mundo contemporáneo».
