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Marcela López era secretaria de la Universidad Católica. Tenía siete años en el cargo. El 20 de abril de 2016 aseguró haber sido golpeada, azotada contra un ventanal y agredida por quien en aquel entonces era su marido, Martín Chuaqui, quien para la época era el decano de Matemáticas. Llevaba tres años de casada, pero ese día tomó la decisión de separarse.
Marcela López y Francisca Montecinos tienen algo en común: ambas denunciaron haber sido vícitmas de abuso sexual.
López era secretaria de la Universidad Católica (UC). Tenía siete años en el cargo. El 20 de abril de 2016 aseguró haber sido golpeada, azotada contra un ventanal y agredida por quien en aquel entonces era su marido, Martín Chuaqui, quien para la época ere decano de Matemáticas. Llevaba tres años de casada, pero ese día tomó la decisión de separarse.
La mujer contó su historia a Radio ADN, y detalló que había sido víctima de un largo padecer de violencia física, psicológica, sexual y económica.
Ese mismo año Montecinos, estudiante de Arte en la misma universidad, asistió a un encuentro con estudiantes de su Facultad, que terminó en la casa de uno de sus compañeros, en donde fue víctima de abusos y tocaciones indebidas mientras dormía.
López dijo que se reunió con el rector Ignacio Sánchez para hablar sobre el tema. Sin embargo, sostiene que Sánchez no supo ponderar la gravedad de sus denuncias, a pesar de que un informe del Programa de Apoyo Psicológico UC concluyó que había sufrido violencia física, económica y psicológica por parte de su esposo durante el tiempo que duró el matrimonio. También sufrió presiones y acoso laboral, algo que finalmente, la llevó a tomar la decisión de renunciar.
En su denuncia, la ex funcionaria presentó una serie de documentos, entre los que estaban un certificado de constatación de lesiones, una orden de alejamiento del Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago, y la querella presentada por el Sernam por violencia intrafamiliar contra Chuaqui, quien fue absuelto por la justicia.
El Movimiento Feminista de la UC exigió al rector Sánchez, en su primer petitorio, la desvinculación del académico y la puesta en marcha de un protocolo para abordar los casos de abuso contra las estudiantes, funcionarias y docentes, dentro y fuera del recinto universitario.
El rector explicó a ADN que recibió tanto a López como a Chuaqui y que, tras la cita, le pidió a la jefa de la Dirección de Personal que la acompañara y la asesorara en términos psicológicos y legales, aunque niega que la institución haya protegido al ex decano.
«Yo quiero recibirla, escucharla y si ella de mi parte esperaba más y se decepcionó con mi actitud, yo no tengo ningún problema en pedirle las disculpas personales como persona, porque no quisiera que ese dolor siga avanzando», señaló la máxima autoridad universitaria.
Tras las reuniones que se llevaron a cabo el fin de semana entre el rector y el Movimiento Feminista, las estudiantes declinaron en su demanda: «La solicitud de desvinculación, las estudiantes entendieron que no era razonable plantear».
Sánchez se mostró a favor de mejorar los protocolos para tratar los casos de abuso y acoso sexual, tal como lo denunció Francisca Montecinos. «No sacamos nada con denunciar en una secretaría de género de estudiantes. Y que esa denuncia se quede ahí (…) Tiene que ir a secretaría general, tiene que hacerse una denuncia formal en los canales de la universidad (…) para citar a los denunciados, a la denunciante, poner a todos los testigos y sacar una resolución».
