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“Ahí están los números”, dijo la analista principal de clasificación de Chile para la agencia Moody’s al echar por la borda la versión del propio Sebastián Piñera, y del ministro de Hacienda, quienes habían salido a culpar a la administración Bachelet de la baja en la clasificación de riesgo del país: “El deterioro lo empezamos a observar desde 2010 y fue gradual, pero constante y persistente”, señaló la ejecutiva.
“Chile está pagando las consecuencias del deterioro fiscal y bajo crecimiento de los últimos cuatro años”. Esa fue la explicación técnica del ministro de Hacienda, Felipe Larraín, luego de conocerse que la agencia de clasificación Moody’s rebajó la nota crediticia del país de A1 a Aa3.
A este análisis crítico se sumó el propio Presidente Sebastian Piñera. «Evidentemente esa es una información que se toma en base a información del pasado, hechos ocurridos durante el Gobierno anterior, porque nuestro Gobierno está corrigiendo las razones por las cuales muchas clasificadoras bajaron la clasificación de riesgo”, aseguró el mandatario.
Sin embargo, en el Gobierno no contaban con que desde la misma firma salieron a aclarar el panorama.
Ariane Ortiz, analista principal de clasificación de Chile para la agencia Moody’s, refutó los argumentos de la actual administración, que indican que el recorte impulsado la semana pasada por la agencia se basa sólo en los últimos cuatro años.
“El deterioro lo empezamos a observar desde 2010 y fue gradual, pero constante y persistente”, señaló la ejecutiva a El Mercurio Inversiones respaldando su posición diciendo: «Ahí están los números», y apuntó al fuerte aumento de 15 puntos en la deuda fiscal; que partió 2010 -durante el primer Gobierno de Piñera- con un monto equivalente al 8,6% del PIB para llegar a 23,6% en 2017.
Específicamente sobre la declaración de Hacienda, que señaló que la solidez fiscal se deterioró durante la administración anterior. Ortiz aclaró que ésta se acelera un poco más en el 2014, pero la posición en la que estaba la deuda en 2014 era más alta que en 2010, por lo tanto el deterioro que se da en los últimos años tiene más consecuencias dado que empieza en un nivel más alto.
«Aquí no se trata de culpar a ningún gobierno, cada gobierno administra los recursos como mejor le parece y de acuerdo al contexto. Uno no sólo tendría que tomar en cuenta la posición fiscal y la deuda, sino también lo que ocurre en el contexto global, los diferentes choques externos, etc», agregó.
Ariane Ortiz también se refirió a lo señalado por el ministro Larraín, quien criticó el rezago con el que la agencia anunció el recorte. «Cada quien tiene su opinión, y cada agencia de clasificación tiene diferentes reaction functions (funciones de reacción)». «La decisión de la semana pasada refleja nuestra opinión de que hoy en día vemos muy difícil que Chile pueda recuperar la fortaleza crediticia que había tenido años anteriores. Con ello me refiero a niveles de deuda menores de 20% del PIB», agregó.
Sobre la situación previa a 2010, la ejecutiva señaló que Chile llegó a una clasificación de AA a pesar de ser un país relativamente pequeño. «Había muy pocos países que tenían más activos que deuda; con superávit fiscales y en la categoría AA solamente veíamos ahí a países como Bélgica y, Francia, economías muy grandes, diversificadas, con una capacidad de financiamiento de un país desarrollado. Hoy, ese espacio en la parte fiscal de Chile no logra compensar las debilidades que han estado ahí siempre. Ese es el meollo de la decisión», aclaró.
Pero no todo está perdido para el Gobierno de Piñera en esta materia, la analista lanzó algo de esperanza al ser consultada por la factibilidad de que Chile recupere la calificación de aquí a tres a cuatro años, tal como espera el ministro Felipe Larraín. «Siempre es factible. La perspectiva estable apunta a que las fuerzas tanto a la baja como hacia el alza están balanceadas. Nosotros apuntamos a que lo más probable es que la calificación se mantenga, pero siempre es factible otra cosa», dijo.
