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«Mientras tanto, Argentina ha hecho vagas promesas de que reducirá el gasto público, recortará algunos subsidios a la energía y tomará medidas contra la evasión fiscal. Pero el acuerdo no incluye medidas para corregir los problemas estructurales que han hecho que la Argentina sea un país en declive desde hace varias décadas», agregó.
El acuerdo entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar el crédito ‘Stand By’ (2015-2019) ha generado controversias de todo tipo.
El destacado periodista argentino, Andrés Oppenheimer, en su columna de opinión publicada en el medio The Miami Herald tituló «El auto-engaño de Argentina y el FMI», refiriéndose sobre que significa este paso que da el Gobierno de Alberto Fernández.
El escritor comentó que «el acuerdo es un parche, que no logrará empezar a curar los problemas de fondo del país.» Además, criticó que las medidas económicas para apalear lo firmado entrarán en rigor recién en 2024, es decir, el problema será para el próximo gobernante.
«Mientras tanto, Argentina ha hecho vagas promesas de que reducirá el gasto público, recortará algunos subsidios a la energía y tomará medidas contra la evasión fiscal. Pero el acuerdo no incluye medidas para corregir los problemas estructurales que han hecho que la Argentina sea un país en declive desde hace varias décadas», agregó.
Además, añade que «el acuerdo no incluye medidas para que Argentina empiece a desmontar las leyes antiempresariales y los controles cambiarios que ahuyentan las inversiones, ni que flexibilice sus ridículas leyes laborales que impiden que las empresas contraten a más gente, ni que se haga una muy necesaria apertura comercial.»
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Según el antiguo director del FMI para América Latina, Alejandro Werner, expresó que el acuerdo preliminar es débil.
“Desde un punto de vista estructural, no tiene un paquete de medidas que uno piense que puedan elevar la competitividad de Argentina y abrir el camino para un crecimiento sostenible”, le comunicó Werner a Oppenheimer.
El acuerdo preliminar -que es un memorando de entendimiento- debe ser aprobado por las máximas autoridades del FMI. Este permite que Argentina y el FMI eviten una crisis inminente. El país trasandino tenía que pagar $700 millones de su deuda de $44,500 millones al FMI el 18 de enero.
El inminente default que se le acercaba a Alberto Fernández debido a la deuda provocó que tomase esta decisión.
“El FMI enfrentaba la disyuntiva de apoyar un programa en el que no cree plenamente, o insistir en un programa que Argentina nunca implementaría”, le informó el economista al periodista.
El diario The Washington Post el lunes 31 de enero, comentó que “Argentina es un país adicto a la deuda, y el FMI es su distribuidor de drogas”. Agregó que “si la Argentina es una víctima, lo es por heridas auto-infligidas”.
Oppenheimer recalca en criticar a los peronistas sobre su visión del acuerdo: «Los peronistas dicen que los préstamos del FMI causan los problemas económicos de Argentina. En realidad, es al revés: los préstamos del FMI son el resultado de los problemas económicos de Argentina.»
«Mientras tanto, Argentina sigue dependiendo de los precios de las materias primas, en lugar de utilizar su talento humano para crear nuevas industrias basadas en el conocimiento que son mucho más lucrativas en el mundo actual», agrega.
Finalmente, declara que «el nuevo acuerdo de Argentina y el FMI es una buena noticia, en el sentido de que evitará un default inmediato, una hiperinflación y un aumento mucho mayor de la pobreza. Pero, ¿ayudará a Argentina a empezar a hacer las reformas estructurales que necesita para atraer inversores, crecer y reducir la pobreza? Definitivamente no.»
