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La pesada cruz del cardenal Errázuriz Hoy se ven las caras con el juez en el marco de la demanda de las víctimas de Karadima

La pesada cruz del cardenal Errázuriz

Alejandra Carmona López
Por : Alejandra Carmona López Co-autora del libro “El negocio del agua. Cómo Chile se convirtió en tierra seca”. Docente de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile
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A raíz de la acción judicial en contra del Arzobispado de Santiago, durante esta jornada declarará Francisco Javier Errázuriz. Quienes acusan al ex párroco de El Bosque también han mencionado –en innumerables oportunidades– la impunidad que tejió el cardenal sobre las primeras denuncias que no motivaron una investigación de la Iglesia. Fue el primero en escucharlas, sin embargo, fue también el primero en ignorarlas.


La primera semana de marzo del año 2013, The New York Times publicó una noticia que dejó un gusto amargo a las autoridades de la Iglesia chilena. La nota hablaba del “cónclave de cardenales falibles” que se desarrollaba en ese minuto en Roma, entre los que estaba Francisco Javier Errázuriz, ex arzobispo de Santiago.

Sobre Errázuriz, el diario de referencia de la elite mundial lanzaba un párrafo demoledor: “Sobrevivientes de casos de abusos sexuales y sus defensores han llamado la atención sobre la figura del cardenal. Argumentan que durante años hizo caso omiso a sus acusaciones contra uno de los sacerdotes más importantes e influyentes del país, Fernando Karadima, y se negó a reunirse con las víctimas o llevar a cabo una investigación”.

De hecho, este es uno de los hitos que involucran al cardenal Errázuriz en uno de los casos más escandalosos de la iglesia chilena: los abusos del sacerdote Fernando Karadima. Un caso que asoma no solo por el abuso en sí mismo, sino también por la impunidad con que fue cobijado por la institución.

Es, asimismo, una de las primeras preguntas que quizás le hará el ministro Juan Manuel Muñoz al cardenal durante esta jornada, en el marco de la demanda que la justicia está analizando en contra del Arzobispado de Santiago y que enfrentan a las víctimas de Karadima con la Iglesia, a la que acusan de encubrimiento.

El primer testimonio

En 2002, José Andrés Murillo, un joven filósofo, le entregó una carta al sacerdote jesuita Juan Díaz, ex vicario de Educación. En ella describía los abusos del párroco de El Bosque. Ante la importancia de la denuncia, el religioso le entregó la carta a Errázuriz. Sin embargo, fue como hablar con un frontón. No hubo más que eco de vuelta.

El año 2011, ante los tribunales y en el marco de la investigación de la jueza Jessica González por los abusos de Karadima, el cardenal Errázuriz reconoció la gestión del sacerdote Díaz, aunque dijo no recordar la carta de Murillo. Meses después, ese antecedente motivó una reflexión de Juan Díaz, en entrevista con El Mostrador. “Me ha dolido con el tiempo darme cuenta que no valoró suficientemente el asunto. Creo que no estaba preparado para asumir acusaciones de tal gravedad. En los hechos se ve que el cardenal no actuó correctamente. Él ha reconocido que debería haber actuado de otra manera, que no se atrevió, que no vio claro las implicancias del asunto. No puedo tirarle la piedra porque no estoy seguro de cómo habría actuado yo ante las muchas presiones que él pudo haber experimentado”, dijo.

[cita]El año 2011, ante los tribunales y en el marco de la investigación de la jueza Jessica González por los abusos de Karadima, el cardenal Errázuriz reconoció la gestión del sacerdote Díaz, aunque dijo no recordar la carta de Murillo. Meses después, ese antecedente motivó una reflexión de Juan Díaz, en entrevista con El Mostrador. “Me ha dolido con el tiempo darme cuenta que no valoró suficientemente el asunto. Creo que no estaba preparado para asumir acusaciones de tal gravedad. En los hechos se ve que el cardenal no actuó correctamente».[/cita]

Murillo se quedó con el silencio de la Iglesia de vuelta, sin saber que, tiempo después de esa primera denuncia, Verónica Miranda, la esposa de James Hamilton –otras de las víctimas de Karadima– también buscaría denunciar, aunque por otro carril.

Para este segundo intento por desenmascarar a Karadima, Miranda golpeó las puertas del sacerdote y ex capellán naval Adolfo García Fuenzalida, quien no quedó indiferente ante las acusaciones de la mujer. García habló con Errázuriz, pero el cardenal no quiso recibirla, aunque abrió el diálogo a través del promotor de Justicia de la Iglesia, Eliseo Escudero.

Según un reportaje de Ciper, la declaración de quien entonces era esposa de Hamilton quedó registrada el 5 de junio del año 2004. No recibió más respuesta que “el arzobispo está viendo el tema personalmente”, de parte de Adolfo García, cada vez que le preguntó.

En esas mismas declaraciones ante la jueza, quedó acreditado que Errázuriz no solo dudó de la “verosimilitud” de las denuncias y que estas dudas fueron alimentadas por Andrés Arteaga –cercano colaborador de Karadima–, sino que también le pidió “al promotor de justicia Eliseo Escudero que recibiera dos documentos de Arteaga en los que desacreditaba a José Murillo y a James Hamilton”.

La serpiente

El desdén con que la cúpula de la Iglesia ha tratado a las víctimas de Karadima ha sido una constante molestia para parte de la institución. Es por eso que tampoco sorprendió la forma en que se refirió Errázuriz a una de las víctimas del párroco de El Bosque en uno de los correos dados a conocer por El Mostrador a principios de septiembre.

Primero, el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, le escribe a Errázuriz comentándole una “noticia que no le agradó para nada”. Ezzati se había enterado de que otra de las víctimas de Karadima, Juan Carlos Cruz, había sido invitado por la Conferencia Episcopal Anglófona a dar su testimonio sobre la experiencia de abuso sufrida de parte de Karadima y del comportamiento de la Iglesia de Santiago en relación con el mismo. Ante el mail, Errázuriz posteriormente comentó: “Yo podría preparar una relación breve sobre las etapas de la denuncia del Sr. Carlos Cruz, la cual fue bien y prontamente atendida desde que la presentó formalmente. ¡Arriba los corazones! Lo leíamos ayer domingo: la Serpiente no prevalece”.

Es esa misma actitud la que molestaba en la Iglesia. Por ella, tanto Errázuriz como Ezzati han sido criticados con dureza por el compás que han seguido tanto en este caso como en otras materias de relevancia nacional, por ejemplo, el caso Zamudio o la reforma educacional.

The Clinic también dio a conocer dos cartas que “revelarían intentos” de encubrimientos de parte de la iglesia; misivas sobre las que el abogado de la defensa de las víctimas del ex párroco, Juan Pablo Hermosilla, señaló: «Estas cartas no solo muestran que hubo cierto conocimiento sino que anuencia al punto de producir instrucciones a determinadas personas sobre cómo relacionarse con los hechos o cómo declarar. En mi opinión con la clara intención de encubrir, en ese caso, lo que eran pagos a testigos para obtener su silencio. Entonces creo que, más que opinar mucho los abogados, es mejor leer las cartas y formarse una propia opinión sobre ellas».

Será de todo esto sobre lo que tendrá que responder Errázuriz cuando la justicia lo interrogue para analizar si hubo encubrimiento o no, aunque las víctimas de Karadima no lo dudan. Después de haberse conocido las cartas, Juan Carlos Cruz dijo en el último programa de ‘Tolerancia Cero’: “Creo que el encubrimiento de Errázuriz y Ezzati incluye cosas tremendas”.

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