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En un nuevo coletazo de la votación de la reforma previsional, el díscolo parlamentario sostuvo que “no tengo nada que rectificar, he defendido una postura con pasión porque creo que es lo correcto y justo”, añadiendo que “la única rectificación que debería pedirse es la del mal proyecto de pensiones y para eso, se requiere una DC y una oposición trabajando coordinada”.
La disputa al interior de la Democracia Cristiana sigue encendida tras la decisión del jefe de la bancada de diputados Gabriel Ascencio de quitar de la presidencia de la Comisión del Trabajo al díscolo parlamentario Raúl Soto, a raíz de su posición contraria a la idea de legislar la reforma previsional del Gobierno.
“No tengo nada que rectificar, no he criticado a nadie, a ninguna persona, a ningún parlamentario en particular, más bien he criticado una posición política respecto al proyecto de pensiones y eso es absolutamente legítimo en un debate democrático”, dijo Soto, saliendo al paso de los dichos del presidente de la DC, Fuad Chahin, quien hizo un emplazamiento directo al actuar del parlamentario tras la votación en la reforma de pensiones el pasado jueves.
El parlamentario afirmó que “el único llamado a rectificación que debería pedirse” es el de “rectificar el mal proyecto de pensiones y para eso, se requiere una DC y una oposición trabajando coordinada”.
Asimismo, el diputado Soto emplazó de forma directa a su partido y específicamente a su bancada, a reponerlo en el cargo de presidente de la comisión de Trabajo, donde fue designado Gabriel Silber.
Según el parlamentario, “debe dejarse sin efecto la decisión injusta y arbitraria que busca sacarme por secretaría del cargo de presidente de la Comisión de Trabajo, en el que me puso toda la oposición en votación legítima y democrática, en el marco del Acuerdo Administrativo de la Cámara. De esa forma podremos volver a poner el foco en el mejoramiento de las pensiones y en los cambios que el sistema requiere”.
Soto además recordó el apoyo que le han prestado dirigentes políticos, representantes populares y militantes de la falange, entre quienes se cuentan la senadora Yasna Provoste. “He criticado una posición política respecto al proyecto de pensiones y eso es absolutamente legítimo en un debate democrático”, dijo, añadiendo que “he sido yo el que ha sido basureado y censurado por mi partido y mi bancada, o más bien por una parte de ellos, porque la verdad hoy me siento muy respaldado por las bases, quiénes a su vez no se están sintiendo representados por el actuar de algunos de sus dirigentes».
