En búsqueda de definición, Amarillos da un paso a la derecha

“En octubre del 2020, los chilenos nos unimos para redactar una nueva Constitución. Una que nos asegurara la dignidad que merecemos, que nos diera tranquilidad y paz, que nos asegurara una vejez digna, que nos representara a todos, una que protegiera nuestros recursos naturales, que cuidara nuestra cultura, que descentralizara nuestro país, pero sin más burocracia, una que nos devolviera la unidad que tanto necesitábamos, pero esto no pasó”. Estas palabras pertenecen a Cristián Warnken. Cuando las pronunció era rostro de Amarillos por Chile y en un video, publicado en junio del 2022, llamaba a rechazar la propuesta hecha por la Convención Constitucional con el eslogan: “Esta, no”. 

Su apuesta estaba por una “nueva y buena Constitución”, una “casa de todos”, como dicen en un escueto comunicado emitido ayer y donde llaman a votar “A favor” de la propuesta aprobada el lunes por el Consejo Constitucional, a pesar de que reconocen que “lamentablemente, la polarización predominó sobre la posibilidad de alcanzar amplios acuerdos transversales”.

El surgimiento de Amarillos por Chile se produjo por la irrupción que hicieron junto a otros movimientos de la “Centroizquierda por el Rechazo”, con miras al plebiscito de la propuesta rechazada el 4 de septiembre de 2022. Faltando menos de dos meses para el referendo que se llevará a cabo en diciembre, en el que se votará la propuesta del Consejo Constitucional –aprobada solamente por consejeros de la derecha–, Amarillos jugó sus cartas y nuevamente su proyección política estará reñida con el resultado de un plebiscito, al tiempo que sus planteamientos, esta vez, están más cerca del mundo de las derechas. 

En el comunicado de ayer, de cuatro párrafos, Amarillos invita a la ciudadanía a votar “A favor” de la propuesta, porque valoran “especialmente” –señalan– los siguientes amplios temas: “La consagración de un Estado Social y Democrático de Derecho, la ampliación de derechos sociales, los avances en los derechos de las mujeres, el reconocimiento a los pueblos indígenas, los cambios al sistema político, la descentralización y la modernización del Estado y el compromiso con el cuidado del medioambiente, la sustentabilidad y el desarrollo”. 

El diputado Andrés Jouannet, presidente de Amarillos por Chile, esgrime sus razones para que, en esta oportunidad, la ciudadanía se incline por el voto “A favor”, aseverando que “el texto propuesto por el Consejo Constitucional es mejor que la actual Constitución. Tiene doce bordes que garantizan una democracia de alta intensidad, garantizan una democracia social”, sostiene. Otro punto que destaca es el hastío constitucional y el hecho de que es importante cerrar este debate “que ha sido largo”, dice, pues “debemos también ponernos a trabajar en los temas que afligen a las familias chilenas”. 

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Amarillos cuenta con más de ocho mil militantes, tiene presencia en cinco regiones y está por consagrarse como partido político a nivel nacional. “En un tiempo donde la política no es muy atractiva, tener esa cantidad es bastante y esperamos naturalmente duplicar eso”, dice el presidente del movimiento. En ese marco, Jouannet reconoce también que “esta definición es muy importante para Amarillos”, sin embargo, cree que “más que para Amarillos, es para el país, nosotros nos involucramos en esto porque creemos que esta es una cita con la historia”, asegura.

A pesar de eso, confirma que la proyección de la colectividad es parte de sus principales objetivos y puntualiza que están “abocados fundamentalmente a inscribir el partido en tres regiones más para ser partido nacional”. De manera paralela, están buscando candidatos para concejales, alcaldes y también para gobernadores regionales, eventualmente. “Nosotros somos un partido que aspira, en el mediano plazo, a ser un partido grande y para eso tenemos que ir a enfrentar electoralmente los espacios que corresponde”, afirma Jouannet. 

El principal rostro de Amarillos, por lo menos en el plebiscito pasado, Cristián Warnken, fue más allá del texto y apuntó derechamente a las fuerzas de izquierda. En tal sentido, sostuvo que existe “una deshonestidad intelectual en la izquierda”, pues cree que “desde un comienzo decidió votar en contra de este texto”.

Desde la Democracia Cristiana, otro partido que disputa el centro, declararon públicamente que tienen críticas en contra de la propuesta constitucional. “Me he terminado de formar la convicción que lo mejor para Chile es estar en contra, lo que propondré a la Junta Nacional del próximo martes 7 de noviembre”, dijo su presidente, Alberto Undurraga, luego de presentar un documento llamado “Observaciones al Proyecto de Nueva Constitución del Consejo Constitucional”, confeccionado por la Comisión de Constitucionalistas de la DC. 

Dicho documento fue elaborado por los constitucionalistas Juan Ignacio Alarcón, Jorge Correa, Javier Couso, Gonzalo García, Augusto Quintana, José Ignacio Núñez, Edgardo Riveros, Esteban Sumelich, Elisa Walker y Andrés Zaldívar, varios de los cuales estuvieron en veredas opuestas en el proceso anterior. Ahora, de forma unánime, firman que es un “mal texto para Chile”, dijo el presidente de dicha colectividad. Si bien no se han pronunciado como partido, el diputado DC Eric Aedo coincide con los dichos de su timonel y cree que Amarillos, con este gesto, más que disputar un centro, “sin duda se acerca a la derecha”. 

Analistas coinciden en que Amarillos por Chile está en un momento en el que se disputa un terreno político con un electorado huérfano. “Aunque a Amarillos le falta bastante camino para transformarse en una fuerza electoral considerable, sí cumplió un rol relevante en la campaña del plebiscito en que se impuso el Rechazo”, asegura Rodrigo Pérez de Arce, investigador del Instituto de Estudios de la Sociedad. 

Sobre si Amarillos tiene un acercamiento con la derecha, el abogado y analista cree que “formar coalición no lleva necesariamente a pensar que Amarillos se derechiza; es una trayectoria posible para un grupo que nace con críticas fuertes a cómo la izquierda condujo la Convención”. Sin embargo, considera que “todavía está por verse a dónde lleva ese proceso de pactar con las derechas o al menos con una parte de ella”, pues agrega que es sabido que Amarillos no simpatiza con Republicanos o con algunos sectores de Chile Vamos.

En el mismo sentido, el investigador del IES señala que la gran ganancia que puede tener Amarillos es “transformarse en la voz de un electorado de centroizquierda que está huérfano”, aun cuando en política “no solo se trata de saber ganar”, afirma. En caso de que gane el “En contra”, piensa que Amarillos entrará a un proceso “de cierta revisión respecto de su línea política y sus alianzas, así como de cuál será la vocación central de este nuevo partido, lo cual coincide con el reacomodo de las fuerzas políticas en Chile”.

En caso contrario, en el que Amarillos sí coincida con la mayoría ciudadana, “se irían consolidando dos bloques políticos diferentes a los que predominaron entre el 90 y el 2019”, precisa el investigador. En ese panorama, Pérez de Arce estima que “Amarillos y Demócratas podrían jugar el rol de bisagra, dándole a la derecha una amplitud que no había tenido hasta ahora, y consolidando a la izquierda en una opción de nicho”.

A la académica de la Facultad de Ciencias Sociales e Historia de la UDP, Nerea Palma, en tanto, le parece “debatible si es que Amarillos realmente pertenece al centro político como ideología de centro”. En cambio, cree que dicho partido “inevitablemente queda en el medio, pero habría que analizar en mayor detalle si es que realmente Amarillos presenta una ideología de centro, como una alternativa de centro sobre todo viable para Chile”.

Sobre el pronunciamiento de la tienda por la opción “A favor”, Palma cree que para el plebiscito pasado “la opción Rechazo era súper heterogénea. Entonces no había solamente derecha, sino más bien parte de centro político y algunas fuerzas, incluso de algunas fuerzas de centroizquierda”. En esta oportunidad, según la académica, “como la propuesta constitucional, en las materias que hacen la diferencia, por ejemplo, en temas llamados valóricos, así como del sistema político, sí me parece que Amarillos se acerca a la derecha”. 

Y profundiza al respecto, señalando que “sí tienen un acercamiento con la derecha desde ese punto de vista”. Y es que la promesa de Amarillos es la clave para entender este movimiento, según la académica: “El punto era ”Una que nos una’ o ‘La casa de todos’ y, en estricto rigor, deberían apoyar un borrador constitucional que fuese lo más minimalista posible, y que generara acuerdo transversal, algo más parecido quizás a lo que proponían los expertos, pero en verdad dista en elementos centrales lo que proponían los expertos respecto del borrador constitucional que tenemos actualmente, y esos fueron los reparos que se hicieron”. 

Con ese escenario, la analista precisa que “Amarillos se juega en gran parte su capital político en este plebiscito”, dado el protagonismo con el que gozaron en el proceso constitucional anterior, que llamó a un elector más heterogéneo. Palma asegura que “en esa heterogeneidad sin duda que hubo mucho elector que siguió las recomendaciones de Amarillos” y, por lo mismo, explica que el partido “se juega su credibilidad”. 

En caso de que gane la opción favorable al proyecto de nueva Constitución, Amarillos logrará –a juicio de la experta– posicionarse como “una opción viable, no con raíces necesariamente en la sociedad chilena, pero sí al menos del liderazgo de élite política, que en realidad no es menor, porque los partidos políticos chilenos hoy día están teniendo problemas de representación”.