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El vía crucis de la UDI y el gremialismo en la Universidad Católica En el alma mater de la derecha también se expresa la crisis del partido

El vía crucis de la UDI y el gremialismo en la Universidad Católica

Macarena Segovia
Por : Macarena Segovia Periodista El Mostrador
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En el año 2008 se hicieron visibles los primeros indicios de una posible caída en picada del gremialismo en su propia “alma mater”, la Católica. Una serie de derrotas electorales, marcada por la última ante la izquierda dura, sumada a la pérdida de la hegemonía partidaria al interior de la derecha, llevaron a que el Movimiento Gremial hace un par de años se replanteara su forma de hacer política e hiciera una revisión de sus principios con el fin de “adecuarse” a los actuales tiempos, mismo proceso con el que hoy choca la UDI a nivel nacional.


La Pontificia Universidad Católica de Chile es conocida como alma mater de la derecha política y económica de Chile. Desde su constitución se ha convertido en un espacio de generación y reproducción de su ideología.

Es el Movimiento Gremial (MG) la orgánica política que más ha nutrido a este sector. Desde su fundación, de manos de uno de los principales ideólogos de la derecha, Jaime Guzmán –formado en la Facultad de Derecho de la PUC–, se constituyó un núcleo duro que construyó el sistema político que rige a nuestro país por medio de la Constitución de 1980. A partir de esta herencia han surgido decenas de cuadros políticos, desde la senadora Ena von Baer, el ex vocero de Gobierno Andrés Chadwick y Jovino Novoa –compañero de curso de Guzmán–, entre muchos otros.

Por su parte, los denominados Chicago Boys escribieron El Ladrillo, documento que guió la política económica de Chile desde la dictadura. Entre este grupo de ingenieros comerciales se encontraba Manuel Cruzat –del Grupo Cruzat, involucrado en el caso forwards– académico de la UC, quien guió a un grupo de estudiantes que se dedicó al desarrollo de este modelo, como el ex director de Penta, Hugo Bravo, y sus controladores Carlos Eugenio Lavín y Carlos Alberto Délano. El ex Presidente Sebastián Piñera también fue parte del selecto grupo de economistas PUC.

El último presidente de la FEUC gremialista, Ricardo Sande, señaló en su discurso de cierre de periodo que estaba “orgulloso de las 40 generaciones de gremialistas” que han pasado por la Universidad Católica. Son estas mismas generaciones las que hoy viven un proceso de crisis, que a pesar de que “a nivel de partidos políticos es transversal”, como señala el académico de la PUC, Gonzalo Rojas, afecta profundamente a la UDI. “Hablamos de gente que participó en nuestro movimiento, que comparte muchas de nuestra ideas (…) nos influye cuando uno ve a un partido que está –a mi juicio– en crisis”, indica Sande y agrega que “existen actitudes que son un poco decepcionantes, de personas que uno veía con mucho mejores ojos”.

A raíz de esta crisis la derecha chilena –en especial la UDI– vive un proceso de reformulación e intentos de cambio, que marca la tensión entre el sector conservador, el socialcristiano y liberal. Mismo proceso de crisis e intento de recomposición que vive el gremialismo –desde hace casi 8 años– al interior de su alma mater, la Universidad Católica. Y es que el MG, además de pasar por una serie de derrotas electorales, ha sufrido quiebres internos y fuga de militantes a otras orgánicas más liberales o socialcristianas, viéndose obligado a reformular su línea de despolitización al interior de la PUC.

Fin de la hegemonía gremialista

“En el año 2010 el gremialismo dejó de ser la única fuerza de derecha que podía realizar una fuerte disputa electoral al interior de PUC”, señaló un dirigente estudiantil de la época. Ese año apareció en el mapa de la política universitaria Solidaridad UC, grupo que se autodefine como de centro y socialcristiano, que ha logrado constituirse como un referente al interior de la PUC. Sus ex miembros dieron origen a Construye Sociedad, movimiento a nivel nacional liderado por Diego Schalper –que fue miembro y representante del MG mientras estudiaba Derecho en la PUC–, que hoy es parte de Chile Vamos y busca generar un nicho diferente al interior de la derecha.

El surgimiento de Solidaridad en la Facultad de Derecho, una de las carreras nicho del gremialismo en la PUC, ha sido descrito por ex dirigentes estudiantiles como una “bomba al interior de la Católica”, la que terminó por sepultar a un “gremialismo que venía en picada y además que fue traicionado”.

Los “solidarios” nacieron de una tendencia interna al interior del movimiento de Jaime Guzmán. En el 2010, el entonces Consejero Superior del MG, Pablo Varas, junto al presidente del Centro de Alumnos de la Facultad de Derecho (CADE), Ruggero Cozzi, abandonaron al MG y fundaron Solidaridad. Esto habría sido el resultado de una pugna de lineamientos internos entre académicos que influenciaban al interior del gremialismo. Un sector liderado por el historiador y académico de la PUC, Gonzalo Rojas, junto a un grupo de profesores ligados principalmente al derecho comercial. Esto frente a un grupo más confesional y conservador, alojado en el Departamento de Fundamentos Filosóficos, con los profesores Marco Antonio Navarro y Felipe Widow, ambos formadores de la línea que cultivó Ruggero Cozzi.

El proceso dejó en evidencia el desgaste de la imagen y la doctrina original del MG, el que –según los distintos grupos políticos al interior de la PUC– estaban marcados por la despolitización. “Una de las cosas que ocurrieron cuando surge Solidaridad es que el Gremialismo se da cuenta de que con su discurso tradicional va a quedar absolutamente fuera del juego”, explica Schalper.

[cita tipo=»destaque»]Para Sande, el estallido de los casos de platas políticas que involucran a personeros de la UDI ha afectado a la política interna de la PUC y deja en evidencia “ciertas actitudes que no encajan” con el molde de la doctrina del MG. “Si bien es importante ser centrados y no andar juzgando gente, es obviamente algo que nos impacta y, más que ser algo que nos aleje de la política, es una motivación para entrar y cambiar las cosas”.[/cita]

Tras lo ocurrido comienzan a emerger las primeras luces de una necesidad de renovación de discurso, «su marca, sus planteamientos, que a mí me parece que fue una buena apuesta, empujada por gente joven desde el gremialismo. Esto te marca un quiebre con las antiguas generaciones, especialmente respecto al énfasis que se le da a la despolitización”, agrega el ahora presidente de la Comisión Política de Construye Sociedad.

Sumado a la aparición de Solidaridad se encuentra el surgimiento de un sector liberal amplio que tomó distancia del conservadurismo de la derecha tradicional al interior de la UC y optó por las banderas del liberalismo ideológico y económico. Este sector fue influenciado por el liberalismo moderado del ex ministro de Hacienda de la Presidenta Bachelet, Andrés Velasco, y lo que entonces era el movimiento Fuerza Pública –hoy Ciudadanos–, además del denominado “liberalismo salvaje” de Axel Kaisser y distintas orgánicas como Amplitud y Evópoli.

Bajo el nombre de “Liberales UC” se constituyeron en el año 2014, con el fin de apostar a las elecciones de FEUC 2015 y “a pesar de que no lograron altos porcentajes electorales ese año y que en las últimas elecciones tampoco, es un nicho ideológico que el gremialismo ya perdió”, indica un ex candidato a la FEUC.

Derrotas electorales

Uno de los primeros indicios de la crisis fue la derrota del gremialismo en las elecciones de Federación en el año 2008, ante una emergente fuerza que se denominaba como de centroizquierda, la Nueva Acción Universitaria (NAU), la que abrió camino a líderes como el actual diputado Giorgio Jackson y se mantuvo a la cabeza de la Católica durante seis años, hasta que el MG retomó el espacio de representación universitaria de mano de Ricardo Sande.

“Para muchos el triunfo de la NAU durante un periodo tan extenso significó la rearticulación de las fuerzas políticas y un cambio en las lógicas del carrete y ‘zorroneo’ que había en la universidad. Durante ese periodo nacen nuevas fuerzas, como Solidaridad y Crecer, que buscan del quehacer político un piso mínimo para el desarrollo de la política universitaria, entonces el MG queda obsoleto y la NAU permanece en un rol intermedio”, explica un ex dirigente estudiantil.

Durante esos años, a pesar de que el gremialismo no logró obtener la Federación, pasaron constantemente a segunda vuelta, pero en el año 2012 esta tendencia vivió un punto de inflexión, quedó fuera de los comicios y en cuarto lugar. Según el estudiante de derecho y actual presidente de la FEUC, Daniel Gedda, el gremialismo “vivió uno de sus puntos más álgidos en el año 2012, cuando quedó fuera de las elecciones FEUC en primera vuelta, por primera vez en su historia”.

A partir de esto, según el dirigente de la Confech, “hubo un cambio gigante del MG en sus discurso y en su estética. Pasó de poner la centralidad en el liderazgo de la Católica y sus estudiantes a pensar en temas más sociales, como por ejemplo entrar en la discusión sobre educación”. Según fuentes cercanas al MG, la reformulación pasó hasta por realizar un filtrado de sus propias redes sociales y se dio la instrucción de que todos sus dirigentes borraran sus anteriores cuentas de Facebook y Twitter, generaran nuevas y que cuidaran que sus contenidos fueran en función de la nueva estética, que además era acompañada de un nuevo logo.

Para Gedda, “en términos políticos es mucho más radical, porque vemos un MG que nunca antes del 2013 estuvo pendiente de las discusiones que daban cuenta del Movimiento Estudiantil, habla de un cambio cultural, una sociedad en movimiento, alejándose de las líneas políticas de la UDI, esto al menos en el discurso”.

Esta reformulación los llevó a ganar nuevamente las elecciones de Federación en el año 2014 y a levantar a Sande como una voz disonante al interior de la Confech. “Existía la idea de que era posible que el gremialismo se mantuviera por algunos años, pero el descontento al interior de la PUC –que ya había cambiado a nivel de subjetividad desde el 2011– fue más grande y su conservadurismo les pasó la cuenta”, señala un ex candidato a la FEUC.

Es así como en octubre de 2015 el gremialismo perdió tanto la Consejería Superior como la FEUC ante la plataforma de izquierda Crecer UC. “Esto fue una estocada importante para el Movimiento Gremial, debido a que después de 6 años que no era Federación logró recuperarla y duraron solo un año, y no son vencidos por un sector del progresismo como lo fue anteriormente, sino que fue una orgánica derechamente de izquierda”, agregó Daniel Gedda.

Para el académico Gonzalo Rojas el triunfo de Crecer es una “oportunidad magnífica de clarificar posiciones. La complicación más grande es para el NAU, una posición relativamente moderada. Cuando se ponen los polos más duros, entran en desconcierto”. Además, agrega que para Solidaridad “es delicado que el gremialismo le haya ganado .Y para el NAU es mucho más complicado. Para el Movimiento Gremial es muy bueno tener frente a frente a las posturas más sinceras, abiertas y rupturistas”.

Platas políticas

El estallido del caso Penta trajo consigo un abierto cuestionamiento a próceres egresados de la Universidad Católica. Por un lado, los controladores de Empresas Penta, Carlos Eugenio Lavín y Carlos Alberto Délano, generaron, según el fiscal Carlos Gajardo, una “máquina para defraudar al fisco”. Y Jovino Novoa, fundador del gremialismo y de la UDI, terminó siendo sentenciado por delito tributario, en el marco del caso Penta. Todos, signos que se escapan de la estricta doctrina moralista impulsada desde el catolicismo PUC.

Para Sande, el estallido de los casos de platas políticas que involucran a personeros de la UDI ha afectado a la política interna de la PUC y deja en evidencia “ciertas actitudes que no encajan” con el molde de la doctrina del MG. “Si bien es importante ser centrados y no andar juzgando gente, es obviamente algo que nos impacta y, más que ser algo que nos aleje de la política, es una motivación para entrar y cambiar las cosas”.

Pero el foco por los casos de platas políticas no solo estuvo puesto en los ex estudiantes históricos de la UC, sino que también jóvenes militantes de la derecha se vieron involucrados, principalmente en la arista SQM. Entre las 609 boletas de honorarios a Soquimich que el SII determinó como “supuestamente falsas”, se encuentran los nombres de Ignacio Abarca Rathgeb y Alfonso Agustín Mora –ex estudiantes de Derecho UC– y Carlos Feres Ducci –magíster en Ciencias de la Ingeniería de la Universidad Católica–, todos los cuales son ex miembros de Solidaridad o el Movimiento Gremial, y en el caso de Carlos Feres, este continúa con un nexo con el mundo del gremialismo, es parte del grupo de egresados del MG y en la campaña FEUC de 2014 donó 80 mil pesos.

“A pesar de lo que ha ocurrido no ha habido un emplazamiento público de parte de los dirigentes del gremialismo. Hablan mucho de que es una crisis transversal, pero no han condenado con nombre y apellido a Jovino Novoa, quien ya fue sentenciado por la justicia, tampoco han emplazado la necesidad de un juicio político, sino que perpetúan las lógicas de la UDI con su silencio”, señala un actual dirigente estudiantil.

Les falta Jaime

La pérdida del legado de Jaime Guzmán al interior de la Católica es un sentir generalizado. Para el profesor Gonzalo Rojas “no ha sido la izquierda ni la ruptura de Solidaridad la que ha tenido una incidencia gravísima en el desarrollo del Movimiento Gremial”, sus principales problemas son la inexistencia de gremialismo afuera de la PUC y la desviación constante de la doctrina instaurada por Guzmán.

Ricardo Sande reconoce estas carencias, pero recalca la autonomía del Movimiento Gremial respecto a la UDI, ya que “nunca han tenido un vínculo directo”. Sande enfatiza que la Católica no es el “KidZania de la derecha” y menos de la UDI. “Si uno revisa, dentro del gremialismo de la UC confluyen conservadores, liberales. Entra gente que ni siquiera comparte los principios de la misma UDI y hay gente del MG que termina en RN o Evópoli”, agrega.

Para Rojas esta desagregación de militantes del Movimiento Gremial al salir de la UC trae consigo una fragmentación a la interna. Además hay una “falta de formación sistemática de los dirigentes para que entiendan lo que es el gremialismo. No todos los dirigentes de los últimos diez años han entendido de qué se trata, algunos han pensado que es hacer cosas por los demás”.

Según Daniel Gedda, esta ausencia no es de fondo, ya que se vive la misma tensión interna que en la UDI. Según el dirigente, una parte del gremialismo mira como un liderazgo a seguir a Jaime Bellolio, que hace unas semanas estuvo en un debate sobre educación en la Facultad de Derecho. “Si uno escucha a Bellolio es casi un opositor a los lineamientos de la UDI, y el MG es más cercano a esa línea que se está levantando ahora, pero es importante recalcar que, a pesar de este supuesto cambio a la interna, hay un grupo grande que mantiene la reivindicación valórica de Jaime Guzmán, pero en términos comunicacionales se mantiene mucho más alejado”.

Para el sociólogo Alberto Mayol, la crisis del gremialismo en la UC no tiene solución, debido a que habita en la contradicción. “Si reniega de sí mismo, destruirá su capital político esencial. Si no reniega, no puede vivir adecuadamente en un mundo que es muy distinto a lo que era”, indica.

Finalmente, asegura que “conceptualmente el gremialismo ha superado muchas derrotas. Pero su denuncia constante contra la política es porque habitaría en ella la posibilidad de la corrupción y solo la respuesta gremialista sería una solución. Pero el gremialismo es hoy el corazón de la corrupción”.

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