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Otros dos carabineros de baja: prestaban cobertura a asaltantes de camiones PAÍS PDI

Otros dos carabineros de baja: prestaban cobertura a asaltantes de camiones

Carlos Basso Prieto
Por : Carlos Basso Prieto Unidad de Investigación de El Mostrador
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Al menos siete suboficiales (dos de ellos en retiro) han sido detenidos en lo que va del año, en distintas partes del país, por vínculos con el crimen organizado.


Una vez más quedó en evidencia el interés del crimen organizado en orden a captar a suboficiales de carabineros a fin de recibir cooperación de estos en sus acciones delictivas, luego de que la PDI de Valparaíso detuviera a una banda de ocho sujetos (todos chilenos) que asaltaba camiones y empresas, en la cual había dos carabineros implicados, uno en retiro y otro en servicio activo.

Cabe mencionar que en mayo pasado la Fiscalía de Los Angeles desarticuló una banda semejante, conformada por 15 sujetos, que robaban camiones que circulaban por la ruta 5 sur. En ella también había un carabinero implicado, dependiente de la Segunda Comisaría de Mulchén, quien asesoraba al líder del grupo respecto de la ubicación de las patrullas policiales.

Antes de eso, en febrero, fueron detenidos por el Departamento de Asuntos Internos de Carabineros dos funcionarios de la 54 Comisaría de Huechuraba, acusados de cohecho e infracciones a la ley de armas, dados sus vínculos con otra banda dedicada al robo de camiones, a la cual entregaban (nuevamente) información sobre los movimientos policiales, además de haberles vendido un arma.

A ellos se suman los dos funcionarios policiales de la Cuarta Comisaría de Carabineros de Curanilahue, que fueron acusados de tener vínculos con otra organización criminal, vinculada a su vez con Resistencia Mapuche Lafkenche (RML), y otros dos suboficiales del retén de Quillagua, que fueron condenados a 20 y 7 años de presidio, luego de que se comprobara que estaban coludidos con narcotraficantes, cuyos camiones dejaban pasar sin control por el sector.

El nuevo caso

En lo relativo a la organización desbaratada esta semana, el prefecto de la PDI de Valparaíso, Alberto Vásquez, explicó que la indagatoria estuvo a cargo de la Brigada de Delitos Portuarios (Briderpo), la cual determinó que los asaltantes siempre “tenían información muy privilegiada con respecto a la ruta, a la trayectoria a la mercancía que portaban estos transportistas” desde el puerto, asaltándolos en los accesos a la capital, con armas de fuego, para luego trasvasijar lo robado a otros camiones, aunque no era lo único, pues si bien se les detuvo por dos robos con intimidación en contra de camioneros (uno de los móviles portaba carne de vacuno y el otro cosméticos), también asaltaron una empresa distribuidora de productos marinos.

Según el oficial, luego de ello las mercaderías eran reducidas en el mercado informal, agregando que dentro de la organización “todos los sujetos tenían un rol fijo, ya que estaba el líder de la banda y posteriormente estaban los brazos operativos. Seguidamente estaban los que hacían el tema logístico y los que prestaban la cobertura a la seguridad, que eran dos de los detenidos”, refiriéndose a los ahora excarabineros.

Hasta la fecha no se ha podido aún determinar qué monto recibían los expolicías, pero cabe recordar que en el caso de Quillagua el soborno era de dos millones de pesos por cada camión que dejaban pasar y, en el de Curanilahue, se sabe que uno de los suboficiales recibió cerca de 3.5 millones por “datear” a los imputados.

Un spin off de otra banda

Por su parte, el fiscal Leonardo Alfaro, de la Fiscalía de Focos Occidente, profundizó lo anterior, indicando que “el año 2017 y 2018, la Fiscalía Occidente se dedicó a realizar distintas investigaciones con el objetivo de desbaratar bandas dedicadas al robo de camiones de alto tonelaje, principalmente desde San Antonio a Santiago. Es así que se logró justamente el desbaratamiento de al menos tres bandas dedicadas a este tipo de robo. Sin embargo, algunos sujetos quedaron activos”. Uno de ellos, indicó, “se dedicó a reorganizarse y comenzar nuevamente a realizar distintos robos”.

Sin embargo, agregó, “en esta reorganización además contaba con la presencia de policías, de carabineros que efectuaban algún tipo de cobertura”.

En el caso de la empresa de productos marítimos, ubicada en Renca, la agrupación entró por la fuerza al local, intimidando al guardia “y con información privilegiada, con códigos de acceso que ya manejaban con anterioridad, proceder a sustraer una gran cantidad de contenedores, los cuales son cargados justamente en vehículos de gran tonelaje y luego distribuidos en distintas partes de Santiago”.

Respecto del rol de los ahora excarabineros, detalló que uno de ellos se ponía de acuerdo con los asaltantes y “se realizaban coberturas, evitaban que hicieran otros controles por parte de otros carabineros en el lugar, luego utilizaban lo que se llama de alguna forma como ‘punta de flecha’ para evitar algún tipo de control, hasta cuando ya estaban en una zona de seguridad”.

En cuanto a los camiones, al grupo se le imputó “la sustracción de un camión de alto tonelaje que venía desde Osorno hacia Santiago, en donde se utilizan armas de fuego. En el segundo de los casos, un vehículo que era repartidor de líneas de cosméticos, también se utilizan armas de fuego”.

Según se pudo establecer, lo robado en el caso de los cosméticos fue un total de 15 millones de pesos en mercadería, que se redujeron a cinco millones, tras ser vendidos en el mercado negro. En el caso del camión con carnes, el valor de lo robado asciende a los 40 millones. No se entregó un avalúo de lo sustraído en Renca, pero sí admitió el persecutor que se indagan a lo menos otros cuatro asaltos que pudieron haber sido cometidos por los mismos sujetos, con el concurso de los excarabineros.

Por cierto, señaló también que la corrupción no solo afecta a las instituciones del Estado, sino también a las privadas, pues indicó que la información que los sujetos manejaban sobre los códigos de los contenedores son reservadas tanto en el puerto como en algunas de las empresas afectadas, por lo cual, “para tener esos códigos de acceso, necesariamente tenían que contar con información privilegiada desde el interior. O sea, estamos hablando de altas jefaturas de las empresas que podrían haber proporcionado esa información”, por lo cual se sigue investigando.

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