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Elecciones 2025
Ajustes de marketing: Kast niega ser “cuico de la élite” y Jara copia fórmula de Parisi PAÍS Captura de pantalla.

Ajustes de marketing: Kast niega ser “cuico de la élite” y Jara copia fórmula de Parisi

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Mientras el republicano busca sacudirse etiquetas incómodas apelando a un origen “sencillo”, la candidata oficialista, que no suelta a su rival, se lanza con ofertas directas al bolsillo para el votante parisista en la recta final. La franja –según CNTV– prende pantallas, pero no mueve votos.


A 12 días del balotaje, las franjas de Jeannette Jara y José Antonio Kast entraron en modo último apriete. Ya no hay cuentos épicos ni grandes revelaciones: lo que queda son movimientos quirúrgicos para conquistar ese voto suelto, desconfiado y todavía indeciso. En simple: los comandos están moviendo las perillas que les quedan. Y, más allá de las sumas de votos, según expertos, algunos giros hacen sentido… y otros se sienten derechamente fuera de lugar.

Jara, cada vez más Parisi… pero sin perder el rol de retadora

La candidata del oficialismo ya tomó una decisión: lanzarse de cabeza a la conquista del votante “huérfano” del PDG/Parisi. El viaje a Antofagasta lo confirmó: propuestas “cosistas”, directas a la billetera, con rebaja del IVA a los medicamentos, “pie cero” para vivienda y gestos a sectores donde Evelyn Matthei había logrado entrar fuerte.

Y en la franja, mencionando directamente que está incorporando propuestas de Parisi y Matthei, Jara dobló la apuesta. Apenas terminó el bloque de Kast, aparece su propio mensaje rotulado como “La franja real de Kast”: una pieza donde se recuerda su apoyo al indulto para presos de Punta Peuco y su rechazo a la educación gratuita. Un contraste frontal sin metáforas.

Víctor Maldonado –del comité estratégico de Jara– defiende esta vía: “Si no comprendes que tienes que atraer al otro 50% de chilenos, no entendiste la primera vuelta”. Para él, sumar propuestas de otros sectores es natural y, de paso, una forma de presionar a Kast a explicar lo que no ha explicado: “Conocemos que quiere cambiar el país, no sabemos exactamente cómo… Es un voto por la oscuridad”.

Pero el diagnóstico externo no es tan amable. Para el académico Cristián Leporati, experto en marketing político, el mensaje de Jara “no tiene un relato común”. Un menjunje –dice– de sketches que saltan del votante PDG a testimonios sobre violaciones de los DD.HH., sin una línea narrativa que lo ordene. Y con un problema mayor: no hay ruptura estratégica. “Cuando vas segundo, tienes que apostar por algo distinto. Aquí se gana o se gana”, advierte.

Pero la franja recién comienza y Jara también decidió meterse de lleno en el tema seguridad, justamente el terreno donde Kast lleva ventaja. Este lunes estuvo en La Araucanía anunciando restauración del Mercado Municipal de Temuco, continuidad de la Ley Indígena y mayor inversión en “zonas de conflicto”. Una señal de que el comando sabe que la elección no se juega solo en redes o en la franja.

Kast intenta borrar la etiqueta de “nazi” y “cuico de la élite”

Mientras tanto, el comando de Kast aplicó un giro distinto: suavizar el perfil del candidato. En su franja dejó a un lado el tono duro de seguridad –aunque en campaña sigue con su cuenta regresiva para migrantes irregulares– y apareció un Kast “sencillo”: fotos familiares, historias de infancia, pollo con arroz, y una narración que lo presenta como un ciudadano común.

El objetivo es evidente: desmarcarlo de la caricatura de “cuico” y, de paso, enfrentar el mote de “nazi” que circula en redes. En el spot se relata el origen de sus padres alemanes, la vida en Buin y la historia de la mujer que lo crio, cuya familia judía –cuenta el candidato– fue asesinada por los nazis. Una respuesta emocional, directa y calculada.

En el Partido Republicano dicen que la apuesta es mostrar a un Kast “más cercano”. Pero eso no es todo. En los próximos capítulos saldrá de la zona seguridad-economía y entrará a salud, vivienda y derechos sociales.

Pero la jugada no convence a todos. Leporati es tajante: “Se ve actuado”. Y agrega que Kast “no es gente como uno”, por más pollo casero que aparezca en pantalla. La escena del puesto de verduras en una feria le pareció derechamente sobreactuada: “Es muy poco espontáneo y no es un buen actor”.

Jorge Tarud –exdiputado y hoy vicepresidente de Demócratas, partido que se cuadró con Kast este lunes– valora el intento: “Mostró el lado más humano del candidato”. Pero también dispara hacia Jara: “Su franja me pareció un poco anticuada. La gente está esperando respuestas sobre delincuencia, hospitales sin insumos y desempleo”.

Los comandos están entrando al tramo donde todo es ajuste fino. En Jara, el plan es expandirse hacia los costados: sumar propuestas, abrir menú programático e insistir en la pregunta incómoda para Kast: ¿cómo piensa hacer lo que promete? En Kast, la apuesta es emocional: humanizar, suavizar, conectar con el votante transversal, incluso a riesgo de que el resultado parezca impostado.

CNTV revela: franja 2025 prende las pantallas, pero no mueve el voto

El Consejo Nacional de Televisión (CNTV) entró a la cancha con una radiografía de la franja electoral de la primera vuelta y el panorama es claro: todo el mundo la vio, pero casi nadie cambió de voto. Un dato que cae como anillo al dedo para entender por qué, en esta recta final, Kast y Jara ajustaron su marketing político sin apostar a milagros televisivos.

Según el estudio, el 81% de los encuestados vio la franja, un salto gigante respecto al proceso constitucional de 2023. Pero la masividad no significa impacto: solo un 22% dice haber modificado su preferencia. El resto la vio entremedio de otros programas –el 70% la consumió de manera incidental– y mayoritariamente por TV abierta, que mantiene un 83% de preferencia. Aun así, las redes entran fuerte en los más jóvenes: entre 18 y 29 años, el visionado digital llegó al 41%.

La franja funcionó más como guía informativa que como agitadora electoral. El 72% cree que sirve para distinguir candidaturas y el 63% dice haber conocido propuestas gracias a ella. Pero ahí mismo aparece el talón de Aquiles: solo la mitad encontró clara la información. Y aunque comentar la franja con la familia es lo más común, hablar de ella en redes sociales sigue siendo terreno resbaladizo.

El CNTV también midió la recepción de los candidatos: Jeannette Jara encabezó las evaluaciones, seguida por Kast. Kaiser, Matthei y Parisi quedaron en un bloque intermedio sin grandes diferencias, y el resto se hundió en el margen.

En cuanto a sintonía, la franja prime promedió 25 puntos, con un peak de 36 el 19 de octubre y un alcance diario que rozó los 2,2 millones de personas. Eso sí, el público es cada vez más envejecido: el 63% de los televidentes supera los 50 años y el horario prime está dominado por mayores de 70. Las mujeres siguen siendo mayoría en ambos bloques.

El reporte también expone un problema que los comandos ya conocen de memoria: la desinformación. Un 55% dice haberse topado con noticias falsas durante el periodo, especialmente en TikTok (47%), Facebook (44%) e Instagram (39%). Pero ojo: la TV abierta –sí, la misma que concentra la audiencia mayor– también marca un preocupante 33% de percepción de contenidos engañosos.

En perspectiva histórica, la tendencia es clara: la franja pierde peso. Las dos con menos rating en una década son precisamente las de este año: la presidencial-parlamentaria 2025 y la del plebiscito de salida 2023, ambas bajo los 25 puntos.

El balance final del CNTV deja una foto nítida del momento: la franja ya no mueve votos, pero sí ordena el mapa. Toma su lugar como insumo informativo más que persuasivo, con un consumo ultraenvejecido, una audiencia juvenil que migra a redes… y una campaña que, al menos en esta segunda vuelta, parece estar mirando más las emociones, los bolsillos y los virajes narrativos que lo que aparezca en la pantalla a las 20:50.

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